Alimentando el Poder Popular. La experiencia de la Cooperativa Unidos San Agustín Convive

Alimentando el Poder Popular. La experiencia de la Cooperativa Unidos San Agustín Convive

Por: Martha Lía Grajales Pineda

NO. 2 Revista Territorios Comunes


Venezuela viene enfrentando, desde hace 4 años aproximadamente, una grave crisis que se expresa, entre otros aspectos, en el desabastecimiento y fuerte incremento de los precios de los alimentos. En San Agustín del Sur, en la ciudad de Caracas, personas de 12 comunidades populares decidieron organizarse para enfrentar esta problemática de manera colectiva y autogestionada.

En un primer momento esta experiencia consistió en la articulación con productorxs campesinxs para realizar jornadas de distribución de verduras y hortalizas, sin intermediarios, con un ahorro de más del 70% respecto de los precios del mercado. Casi un año después, ese proceso organizativo, dio lugar a la conformación de la Cooperativa Unidos San Agustín Convive.

Actualmente la cooperativa, además de realizar las jornadas quincenales de distribución de alimentos, ha iniciado un proceso de producción textil, y está avanzando hacia el acopio y procesamiento de alimentos, y la instalación de una granja agroecológica en la que se espera producir carne de cochino, leche de cabra, huevos de gallina, y algunas hortalizas que requieran poco espacio de siembra como el cebollín, el cilantro, la lechuga, entre otras.

De los resultados más importantes alcanzados con este proceso destaca la realización de más de 33 jornadas de distribución de alimentos por personas de 12 comunidades de San Agustín del Sur (que equivale al 34% de este territorio), facilitando a un aproximado de 300 familias el acceso a alimentos de buena calidad y a precios justos; y la rearticulación de un sujeto político desde los barrios populares, que reflexiona críticamente frente a su realidad y asume el protagonismo de una acción colectiva para transformarla, apostándole al fortalecimiento de la autogestión y del autogobierno.

La experiencia de la Cooperativa Unidos San Agustín Convive no es sólo una apuesta por garantizar alimentos más baratos en un contexto de grave crisis económica, se trata también de una apuesta organizativa y política, construida desde los poderes creativos del pueblo pobre, que pretende, desde la práctica concreta, reafirmar el socialismo como camino y como horizonte estratégico.

A continuación, se describe esta experiencia en tres grandes bloques. En el primero, se relata el proceso andado para: 1. La realización de la primera jornada de distribución de verduras y hortalizas en un sector de la parroquia, 2. La ampliación de esa iniciativa a otros dos sectores del barrio, y 3. La constitución de la cooperativa articulando los tres sectores activados. En el segundo, se describen los principios ético políticos que se han construido sobre la marcha y que orientan la acción colectiva de esta iniciativa organizativa; y en el tercero, se define el horizonte de crecimiento y articulación al que se le apuesta.

 

1. Grano a grano, piedra a piedra, se va haciendo la montaña

 

Durante el año 2016, la crisis empezó a golpear con más fuerza a las familias de las clases populares en Venezuela, obligándolas a disminuir el número de comidas diarias y el consumo de proteínas. El gobierno venezolano respondió a esta coyuntura con los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), que, pese a su denominación, se han centrado mayoritariamente en el abastecimiento de alimentos subsidiados.

Esta iniciativa, que es sin duda una acción afirmativa necesaria para disminuir los efectos de la crisis actual en la población más pobre, que es la más afectada, constituye, por lo menos, dos grandes retrocesos respecto a la apuesta estratégica de construcción del socialismo desde el territorio.

Por un lado, los CLAP han aumentado el nivel de dependencia de la población respecto a los subsidios del Estado, en tanto se ha convertido en la política bandera del Gobierno nacional, mientras ha tendido a desaparecer aquella otra que permite ir avanzando al poder popular, a lxs pobres, hacia la apuesta estratégica, la autogestión y el autogobierno, también en lo económico, fortaleciendo la propiedad social sobre los medios de producción.

Por el otro, esta iniciativa se sobrepuso a las estructuras organizativas de los consejos comunales –fórmula definida por el Presidente Hugo Chávez para la construcción del socialismo en el territorio–, golpeando duramente el avance de la democracia participativa y protagónica en el territorio, en tanto estos comités, a diferencia de los consejos comunales, no son electos por la asamblea de ciudadanas y ciudadanos de cada comunidad, sino definidas de manera unilateral por la estructura parroquial del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

Frente a esta coyuntura, personas de 12 comunidades de San Agustín del Sur iniciaron, en el mes de septiembre de ese año, una serie de asambleas sectoriales para reflexionar críticamente sobre la crisis y construir alternativas que permitieran enfrentarla y transformarla desde el fortalecimiento del poder popular. Así, se fue construyendo la propuesta de articulación con lxs campesinxs organizadxs en el Plan Pueblo a Pueblo[1], para realizar una jornada de distribución de verduras y hortalizas, a través de un proceso organizativo autogestionario que permitiera acceder a alimentos, sin intermediarios.

La idea no era solamente resolver el alimento ganándole una a los procesos especulativos que han caracterizado a esta crisis económica. La propuesta apuntaba a algo más: re-movilizar y re-politizar a ese sujeto popular que es la esencia del chavismo; fortalecer los lazos comunitarios que la violencia, desde las diferentes maneras en que se expresa en el territorio, ha roto; y hacer consciente el poder que nos da la acción colectiva para avanzar hacia el autogobierno.

La estrategia discutida y acordada fue iniciar este proceso, primero, en un solo sector, que agrupara a varios consejos comunales y que sirviera como experiencia piloto, para a partir de allí, una vez validada y afinada la metodología, extender la experiencia hacia los demás sectores en los que hacen vida las personas que impulsaron esta experiencia organizativa.

 

a. Primera jornada de consumo organizado

 

Después de realizar las reuniones sectoriales, se convocó a una gran asamblea para conformar las comisiones de trabajo y planificar de manera integral la jornada. Las premisas eran “quien quiera adquirir los alimentos, debe activarse en alguna de las comisiones de trabajo”; “esto no es un mercado, es una propuesta organizativa para enfrentar y transformar la crisis económica desde nuestro poder como pueblo”; “debemos romper con la lógica de sujeto pasivo, de sujeto beneficiario, por la de un sujeto protagónico, que analiza críticamente su realidad y se organiza y articula para transformarla”.

La respuesta inicial a este llamado fue diversa. Por un lado, logró convocar a las personas que siempre lideran los procesos organizativos en el barrio, pero también a otrxs que siempre se habían mantenido al margen o se habían alejado de los mismos. También hubo quienes, aun cuando celebraban que la jornada se realizara, criticaron que tuvieran que levantarse temprano y pasar toda la mañana trabajando para comprar alimentos más baratos. Para este grupo, son el gobierno y las personas de los consejos comunales quienes deben encargarse de estas tareas “en beneficio” de la comunidad.

Durante la asamblea se conformaron 7 comisiones de trabajo: censo, descarga del camión, pesado y llenado, logística, manejo de conflictos, agitación cultural y rendición de cuentas. También se construyó de manera colectiva el plan de trabajo, se identificaron los insumos y herramientas necesarias para cumplir con las tareas asignadas y cada quién escogió libremente la comisión en la que quería participar según su interés.

Finalmente se llegó el día. El 25 de septiembre desde muy tempranito más de 120 personas se reunieron en la cancha deportiva Alejandro Hernández del sector Hornos de Cal para realizar la primera jornada de distribución de verduras y hortalizas, que fue una gran fiesta popular.

Cada comisión de trabajo se activó para el cumplimiento de su tarea. La descarga del camión se realizó verificando el peso por cada rubro, y luego el equipo de pesado y llenado, primero, identificó y pesó la merma de cada verdura y hortaliza, para posteriormente distribuirlas con igualdad y sin privilegios según el número de bolsas que se acordó armar, de acuerdo a la cantidad de personas activadas en el proceso organizativo.

De manera paralela, la comisión de logística preparó y distribuyó el café y el agua, e inició la preparación del sancocho. La comisión de agitación cultural, por su parte, se encargó de animar y musicalizar la jornada.

La comisión de rendición de cuentas calculó, a partir de los kilos efectivamente descargados y el precio sugerido por Pueblo a Pueblo, el precio de distribución que nos permitiera cubrir la factura. Una de las premisas fundamentales de esta iniciativa es combatir a lxs intermediarios dentro de la distribución de alimentos del campo a la ciudad, y por consiguiente, la definición del precio se realizó tomando como referencia el precio sugerido por Pueblo a Pueblo, dejando un mínimo margen de maniobra que cubriera cualquier contingencia dentro del proceso.

Terminada la distribución, la comisión de rendición de cuentas totalizó las cajas para establecer el monto total recaudado durante la jornada. Sobre este proceso, las demás comisiones realizaron contraloría social. El monto recaudado se comparó con el monto de la factura y en función de ello se calculó el excedente del consumo.

Durante esta primera jornada participaron 255 familias aproximadamente y se distribuyeron 2.202 kilos de alimentos. El precio de distribución significó un ahorro en promedio del 70% respecto a los precios del mercado, y, aun así, se obtuvo un excedente a favor de las comunidades que organizaron la jornada. Durante el proceso de rendición de cuentas, un compañero de las comunidades participantes al finalizar la jornada hizo la siguiente reflexión: “Así será la ganancia del capitalismo, que aquí con un ahorro del 70% frente a los precios del mercado, y aún nos queda un excedente para reinvertirlo en la comunidad”.

Con el excedente obtenido, se decidió invertirlo en la compra de dos pesos y bolsas plásticas para facilitar el desarrollo de la próxima jornada.

 

b. Ampliación de esta iniciativa a otros sectores del barrio

 

A partir de esta experiencia, se conformó el primer núcleo en el sector de Hornos de Cal, con la participación de personas de cuatro consejos comunales. Ese proceso sirvió como experiencia piloto para mejorar y perfeccionar la metodología, que luego se extendió hacia la conformación de dos núcleos más en los sectores Terrazas del Alba – Fila de Marín; y Mamón – Manguito. En esta etapa, cada núcleo funcionó de manera autónoma y consolidó un equipo de trabajo con una metodología común, que se fue enriqueciendo a partir de la evaluación de cada jornada.

Aunque inicialmente cada núcleo se organizó internamente en 7 comisiones de trabajo, en la práctica, las comisiones se fueron transformando en funciones que realizan todas las personas que participan en la jornada de manera rotativa.

 

c. Conformación de la Cooperativa Unidos San Agustín Convive

 

El 13 de agosto de 2017, con una comparsa que partió desde el sector Helicoide, atravesó El Mamón, El Manguito, Terrazas del Alba, La Fila de Marín, y llegó hasta la cancha Alejandro Hernández del sector Hornos de Cal, se celebró la asamblea fundacional de la Cooperativa Unidos San Agustín Convive.

El objetivo de la cooperativa se amplió a la producción, acopio y procesamiento de alimentos, además de la distribución y consumo; y se ratificó el carácter socialista y feminista de esta iniciativa, en tanto el 94% de las personas que la conforman son mujeres.

A partir de estos lineamientos político estratégicos y de un permanente proceso de deliberación, se construyeron, en talleres y dinámicas asamblearias, los estatutos en los que se han definido el horizonte político y económico de la cooperativa; la estructura organizativa; el procedimiento para la toma de decisiones; los requisitos, derechos y deberes de lxs asociadxs; la reinversión de los excedentes; y los procesos formativos necesarios para fortalecer el proceso productivo y político.

Actualmente la cooperativa cuenta con las siguientes comisiones de trabajo: Coordinación General, Producción Textil, Producción de Alimentos, Procesamiento, Acopio y Distribución, Formación e Investigación.

Cada integrante de la cooperativa decide voluntariamente la comisión o comisiones de la(s) que quiere hacer parte. Las funciones asignadas para cada comisión son las siguientes:

  • Coordinación General: está conformada por 8 integrantes de la cooperativa. Una persona que se encarga de la coordinación general, una persona que se encarga de los procesos administrativos y contables, una persona que se encarga de la secretaría, y una persona vocera de las demás comisiones de trabajo. Este equipo es elegido por la asamblea general para un período de un año. Su función principal es coordinar los planes de trabajo de cada comisión, y convocar, moderar y registrar las asambleas generales.

 

  • Producción Textil: la comisión de producción textil tiene dos grandes líneas de trabajo. Por un lado, un proceso formativo para ampliar y cualificar las capacidades de corte y costura de la comisión, y por otro, la producción de ropa interior, principalmente infantil. La producción textil constituye el brazo económico de la cooperativa, en tanto, es el proceso productivo sobre el que se tiene más fortalezas y experiencia acumulada. Este brazo económico funciona de la siguiente manera: la producción textil se divide en tres partes. La primera está destinada a satisfacer las necesidades internas de lxs cooperativistas; la segunda está orientada a generar procesos de intercambio con otrxs productorxs a través del establecimiento de equivalencias a partir de una estructura de costos transparentes; y la tercera está destinada a la comercialización en redes de cooperativistas y comercio justo, en los que además de distribuir la producción textil, se intenta visibilizar el trabajo organizativo y político de la cooperativa.

 

  • Producción de alimentos: esta comisión responde a dos grandes necesidades identificadas dentro del proceso organizativo de la cooperativa. Por un lado, ante la crisis del modelo rentista de la economía venezolana, a la urgencia de reactivar y ampliar los procesos productivos para superar y transformar la actual coyuntura, y por otro, a la necesidad de autoabastecernos de proteína animal, especialmente para el consumo de lxs niñxs. Para lograr este objetivo, la cooperativa reactivó una antigua casa comunal y está en proceso la instalación de 2 cochineras con la técnica de la cama profunda para evitar malos olores; 2 apriscos; un gallinero con capacidad para 50 gallinas criollas, con su correspondiente lombricario e insectario; y un espacio de 18 metros cuadrados para la siembra.

 

  • Procesamiento: esta comisión tiene la tarea de identificar alimentos de temporada para preparar salsas, mermeladas, cremas, que se conserven en el tiempo y permitan a las personas de la cooperativa garantizar su consumo aún en los tiempos más difíciles.

 

  • Acopio y distribución: a este equipo de trabajo le corresponde ampliar los procesos de articulación con otrxs productorxs, especialmente del área periurbana de Caracas; e instalar una alacena que permita garantizar la disponibilidad de alimentos en el barrio por lo menos para dos meses. Este centro de acopio protegerá a las comunidades organizadas de los procesos de desabastecimiento y disminuirá los niveles de dependencia respecto a los alimentos subsidiados del Estado.

 

  • Formación e investigación: esta comisión es transversal a todos los equipos de trabajo y responde a tres grandes líneas. La primera, formación técnica de acuerdo a la especificidad de cada comisión. La segunda, formación política. La tercera, procesos de reflexión e investigación desde un enfoque militante que permita retroalimentar y reorientar la práctica cotidiana.

 

II. Aun no es, pero estamos creando las condiciones para que sea

 

La experiencia de la Cooperativa Unidos San Agustín Convive pretende, desde la práctica concreta, reafirmar el socialismo, como camino y como horizonte estratégico. Para ello, en su funcionamiento se han desarrollado un conjunto de prácticas que intentan desarticular desde lo cotidiano, las lógicas de dominación, opresión y explotación. Compartimos con Mazzeo (2015), que la praxis, aún “…sin consumar el proyecto, siembra sus condiciones de posibilidad”.

A continuación describimos algunos de esos principios ético-políticos que guían la acción colectiva de la cooperativa.

Mandar obedeciendo

La asamblea es la máxima instancia de deliberación y decisión, define las líneas estratégicas y aprueba el plan de trabajo propuesto por cada equipo en desarrollo de las mismas. El plan de trabajo aprobado constituye la ruta de acción para cada equipo, y sobre éste la asamblea realiza seguimiento y evaluación. Las asambleas son espacios pedagógicos en donde se aprende colectivamente de la experiencia, tanto sobre aspectos técnicos y procedimentales, como sobre el modo de aterrizar en la práctica los principios estratégicos que sirven de orientación.

Propiedad social de los medios de producción

El patrimonio de la cooperativa actualmente está conformado por herramientas que facilitan el desarrollo de las jornadas de consumo organizado como pesos, bolsos de tela, un primo[2] para cocinar, tasas, calculadoras, un camión, y un fondo destinado a financiar los procesos productivos. Esperamos en el corto plazo contar con un centro de acopio, una granja agroecológica y un taller de costura. La propiedad sobre estos bienes es colectiva y cualquier decisión sobre su disposición es competencia de la asamblea.

Redes basadas en la cooperación y la solidaridad

Toda esta experiencia de organización de la Cooperativa Unidos San Agustín Convive no hubiera sido posible sin el hermanamiento entre los pueblos del campo y la ciudad que ha generado el Plan Pueblo a Pueblo. Desde allí se ha entendido, junto al Comandante Chávez, que toda la cadena productiva debe ser repensada a partir de lógicas alternativas a las que impone el capital, para así “…configurar una nueva sociabilidad desde la vida cotidiana, donde la fraternidad y la solidaridad corran parejas con la emergencia permanente de nuevos modos de planificar y producir la vida material de nuestro pueblo” (Chávez, 2013).

Desde el Plan Pueblo a Pueblo, producir, pasa por garantizar la titularidad de la tierra en manos campesinas, el rescate de las semillas nativas, y el reencuentro con las prácticas agrícolas de nuestrxs ancestrxs, que están llenas de sabiduría, son más amigables con la naturaleza, y nos hacen menos dependientes de los poderes externos.

Distribuir, pasa por generar cadenas de intercambio que se sustenten en estructuras de costos transparentes e instalen un nuevo sentido común. Se ha entendido que si no combatimos la contradicción campo–ciudad, y establecemos nuevas formas de relacionamiento entre el pueblo campesino y el pueblo urbano, estaremos a merced de lxs intermediarixs, quienes sin hacer ningún aporte a la cadena productiva, se apropian del trabajo de la población campesina y urbana, al comprar barato y vender caro los alimentos que otrxs producen.

En cuanto al consumo, se asume la necesidad de avanzar hacia la modificación de nuestros patrones de consumo, para aprender a consumir los alimentos que producimos; planificar nuestra alimentación según el tiempo de las cosechas; y aprender a procesar los alimentos y conservarlos, para garantizar su consumo, aún en los tiempos más difíciles.

 

III. Plataforma para la proyección de este poder y conformar una gigantesca telaraña

 

Aunque la transición al socialismo a la que le apuesta la Cooperativa Unidos San Agustín Convive es desde lo pequeño, se entiende que ese esfuerzo debe articularse con espacios y esfuerzos organizativos y productivos más allá del territorio, para contribuir a conformar “… una red que vaya como una gigantesca telaraña cubriendo el territorio de lo nuevo” (Chávez, 2012).

Como alertaba el Comandante Chávez, “lo local, confinado sólo a lo local es contrarrevolucionario. Lo local, unido a lo universal en un tejido social y político, es una fuerza revolucionaria formidable”. (Chávez, 2009)

En ese sentido, la perspectiva de la cooperativa es ampliar los procesos de articulación en tres vías. Por un lado, con otrxs productorxs para generar procesos de intercambio de producción, a través de una estructura de costos transparente que permita establecer equivalencias entre lo que se produce como Ccooperativa y lo que se desea intercambiar, lo que permitiría sustituir, por lo menos parcialmente, el uso de la moneda como único medio de intercambio, intentando romper la lógica del contexto proceso hiperinflacionario que vive Venezuela.

La segunda vía está orientada a ampliar los procesos de articulación con otrxs productorxs del área periurbana de Caracas, y los procesos de distribución de alimentos a más comunidades de la parroquia San Agustín, y de otras parroquias, ampliando de esta manera el alcance de esta experiencia de organización y construcción de cadenas productivas alternativas a las lógicas del capital.

Finalmente, la tercera vía de articulación está orientada a promover los hermanamientos políticos y las alianzas entre los distintos sectores, colectivos, movimientos y tendencias del chavismo popular al que pertenece la cooperativa, con el fin de facilitar la emergencia de un sujeto político que incida en la conducción del proceso político venezolano.

Sólo desde la propiedad social de los medios de producción a través de formas organizativas como las comunas, los consejos comunales, las cooperativas, entre otras, es posible crear el nuevo modelo económico socialista, injertando la propiedad social, el espíritu socialista, a lo largo de toda la cadena productiva: producción, distribución y consumo.

El llamado, es entonces, a que este movimiento popular chavista, que ratifica y profundiza el horizonte socialista como única forma de enfrentar y transformar la profunda crisis que atravesamos en Venezuela, se masifique y articule, para construir agendas de lucha colectivas, que nos permitan fortalecer el poder popular, cadenas productivas socialistas, y disputar con la dirigencia política y demás actores, la orientación estratégica de la revolución bolivariana para la transición al socialismo.


[1] El Plan Pueblo a Pueblo es una iniciativa para la organización de productores y la relación directa  de estos con comunidades organizadas para la distribución de alimentos bajo principios solidarios y teniendo como base la consolidación de la Red de Productores Libres Asociados que articula a productores en diferentes estados del territorio venezolano.

[2] El primo es una cocina portátil que funciona con bombona de gas.


BIBLIOGRAFÍA

 

Chávez, Hugo. Plan de la Patria. Segundo Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2013-2019. Publicado en Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela Nº 6.118 Extraordinario, 4 de diciembre de 2013.

Mazzeo, Miguel. Introducción al poder popular. El sueño de una cosa [en línea]. Caracas: Fundación editorial El Perro y La Rana (Colección Alfredo Maneiro, Serie Pensamiento Social),  2006.

El espíritu de la comuna y la transición al socialismo. Reflexiones sobre la revolución bolivariana. Revista Kavilando, Vol. 7, Núm. 2 (2015). Disponible en http://www.kavilando.org/revista/index.php/kavilando/article/view/51 [Consulta: 18 de mayo, 2018]


Vídeos

 

Chávez, Hugo. “Aló Presidente teórico N° 1”. 2009. Consulta en línea:

Chávez, Hugo, Golpe de Timón, 2012. Consulta en línea:

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OEP Venezuela

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