Crisis en la UCV rodea conflicto socio-ambiental en Enfermería

Por: Erick Camargo (Corresponsal OEP)

Para Observatorio de Ecología Política de Venezuela

En medio de una fuerte crisis institucional que vive la Universidad Central de Venezuela, algunas voces se mantienen activas, especialmente en el caso de la Escuela de Enfermería. Esta escuela se ve actualmente amenazada y despojada por un proyecto urbanístico que pretende construir un espacio comercial, sin los permisos legales adecuados, como el de zonificación, y sin desarrollar alternativas para los estudiantes de esa escuela, ni aportar un real beneficio económico a la universidad en mejora de sus actuales condiciones lamentables. Este proyecto ha avanzado además a costa de un ecocidio que ha acabado con los árboles que poblaban las inmediaciones de la escuela, una práctica en la que al parecer se pretende avanzar contra el resto de la arboleda de la escuela.

La profesora Juana Rodríguez ha sido de las primeras en mantenerse alerta y en pie de lucha, no sólo denunciando en fiscalía los delitos ambientales en los que se ha incurrido, sino que también ha sido la voz más poderosa dentro de la escuela, coordinando con estudiantes y vecinos de Sebucán su batalla contra la depredación ambiental en el pequeño espacio urbano que ocupa la Escuela de Enfermería, pero también contra las ansias depredadoras de autoridades universitarias cuestionadas por su integridad moral y ética.

El mismo día que la profesora Juana Rodríguez entregó la carta que transcribiremos en esta nota, se dio la renuncia del Vicerrector Administrativo, Bernardo Méndez, de la UCV, acusando a la Rectora, Cecilia García Arocha de corrupción y abuso de poder. Estas acusaciones no son nuevas, pues desde el primer año de su gestión, varias voces estudiantiles y profesorales se han sumado a esas denuncias; pero estas han sido silenciadas con políticas represivas y con sobornos. Lamentablemente las autoridades universitarias han contribuido en el deterioro moral y financiero de la UCV. Además, se han escudado estas autoridades en medio del discurso político polarizado, aprovechando el enfrentamiento con el gobierno nacional para tapar sus actos arbitrarios y deshonestos; acusando de simpatizante del gobierno o de enemigo de la universidad a quien se atreviese a exponer las verdades de la mala gestión universitaria.

En ese escenario se ha llevado la lucha de profesores, alumnos y vecinos (de Sebucán), contra la arbitrariedad y el delito que rodean al proyecto Ciudad de las Artes Sebucán, desarrollado en la Escuela de Enfermería y que a todas luces no responde a ningún interés académico, cultural o ni siquiera es una “ciudad de las artes”, como se le pretende llamar. Se trata de un grupo de pequeñas canchas de grama artificial que se ha programado alquilar desde horas de la mañana hasta bien entrada la noche.

A finales del año 2019 participamos en un evento organizado por el medio El Pitazo, en el cual se lograron reunir en un mismo espacio todos los actores que se oponen a este proyecto, vale decir, profesores, estudiantes y vecinos; todos alzaron su voz. A pesar de haber sido invitados, las autoridades responsables no aparecieron, pero luego sí respondieron a los argumentos ahí presentados, acusando de calumniadores y mentirosos, tanto a quienes escribimos la nota de reseña del evento, como a quienes declararon sobre cómo han sido afectados y sobre lo que ha sucedido. Sin embargo, hasta ahora no se han podido desmentir las denuncias de los grupos de afectados.

En este contexto, el 14 de enero la profesora Juana Rodríguez dirige esta misiva al Consejo Universitario, que hasta ahora no ha recibido respuesta alguna; mientras la universidad se desgarra en discusiones internas tras la renuncia, ese mismo día, como ya referimos, del profesor Méndez. Recomendamos su detallada lectura para comprender la grave situación de la Escuela de Enfermería, uno de los problemas que aquejan a la universidad y el principal de estos que se enmarca en la categoría de conflictos socio-ambientales:

 


 

 

Universidad Central de Venezuela

Facultad de Medicina

Escuela de Enfermería

 

 

Caracas, 14 Enero 2020.

 

Ciudadana

Cecilia García Arocha

Rectora  y demás miembros del

Consejo Universitario  UCV

 

Estimados profesores, estudiantes y egresados:

El 15 de Julio de 2015 la ciudadana rectora Cecilia Garcia suscribe CONVENIO ESPECÍFICO DE COOPERACIÓN INSTITUCIONAL ENTRE LA UCV Y LA FUNDACIÓN FONDO ANDRÉS BELLO (FFAB) por instrucción directa de las autoridades rectorales y aprobación por parte de nuestra Facultad de Medicina autorizando el desarrollo de la Ciudad de las Artes, para la transformación integral de nuestra instalación educativa en un centro multifuncional cultural, recreativo y deportivo.

La FFAB fue autorizada a partir de entonces a desarrollar la Ciudad de las Artes en nuestra Escuela, administrar los ingresos producidos por ese concepto que se utilizarían para los gastos de mantenimiento del proyecto, mantenimiento de la edificación y apoyo a los proyectos académicos de la Escuela, de acuerdo a lo suscrito. Todo esto a pesar de que no somos una zona rental, somos una Escuela de la Facultad de Medicina de nuestra Universidad Central de Venezuela.

En Julio 2017 la UCV por intermedio de la FFAB firma entonces “contrato sobre derechos de uso, desarrollo y explotación comercial  del proyecto inmobiliario “Centro deportivo Ciudad de las Artes Sebucán” con la empresa Paria Sport Club  para ejecutar el proyecto Centro Deportivo Ciudad de las Artes Sebucán  para la reparación y recuperación de las canchas deportivas  en nuestra Escuela de Enfermería.

Si bien el argumento para el desarrollo de este centro multifuncional ha sido que éste representaría la posibilidad de hacerle frente económicamente al deterioro de la estructura física de nuestra Escuela afectada por la falta de mantenimiento ante la crisis presupuestaria que sufre nuestra universidad, la suscripción del contrato para el desarrollo del centro deportivo ha considerado que:

◆ La FFAB cede derecho de usufructo  a @pariasportclub por TREINTA años, para que lo destine y aproveche comercialmente.

◆ A cambio, el pago a la FFAB como contraprestación por el usufructo del proyecto será el 5% mensual de los ingresos brutos percibidos.

◆ La «prima de entrada al negocio» fué de Bs. 150.000.000,00 (hace dos años y medio) para el momento de la firma del contrato.

Estas condiciones de negociación tan desventajosas para nuestra Escuela y sus intereses estarían proviniendo, de acuerdo a la consideración del Arq. Vicente Martinez, presidente de la FFAB en su momento, de la fuente más significativa de aportes del proyecto todo, y como lo es, su club deportivo. Adicionalmente, no deja de ser llamativo que esta generación de recursos tan cuestionable ha sido considerada y diseñada por quienes han planteado todo esto como un plan de rescate para nuestra Escuela, dejando muchas dudas de las verdaderas intenciones para todo este plan en nuestras instalaciones.

La sola ejecución de este proyecto deportivo ha significado la tala de más de 40 árboles en las márgenes del campo deportivo contraviniendo la  permisología solicitada, ésto, para la instalación de grama artificial, lo que ha despertado el lógico rechazo y repudio ante un hecho de esta naturaleza, innecesario e inaceptable.

Esto no ha pasado por alto para nuestros vecinos quienes han venido ejerciendo una serie de acciones en búsqueda de información y de protesta por lo que aquí sucede, alarmados por la tala y los planes de actividad deportiva que sin duda impactará su calidad de vida así como claramente venía impactándolos este desarrollo. Obviamente, de igual forma impactará  de muchas formas nuestra calidad de vida institucional educativa cuando nuestro horario de actividades estará coincidiendo con las 16hs diarias previstas de funcionamiento de este club deportivo.

Desde 2015, la FFAB y nuestra Dirección estuvieron haciendo amplia promoción a través de los medios informativos de un proyecto magnífico que se iba a ejecutar en nuestra Escuela, intentando ganar simpatizantes. El target, la comunidad aledaña y más allá. Todo este desarrollo se fue ejecutando desde la promoción dirigida a los ajenos a nuestra comunidad universitaria, mientras nosotros no éramos debidamente enterados de qué se trataba el mismo, solo de las bondades que este significaría para nuestro desarrollo.   Nuestra comunidad desconocía EL PROYECTO como tal. Nuestra Directiva sin definir mayor información, y ante la preocupación de la comunidad por la tala ejecutada, simplemente desinformaba aludiendo permisos que no eran tales ó situación de salud de los árboles que tampoco lo eran. Simplemente testigos pasivos de lo que ocurría con nuestra arbolada y totalmente ganados a esa monstruosidad.

Nuestros vecinos recabaron información valiosa donde todas las obras que se iban ejecutando en nuestro campo deportivo, ya para el final del primer trimestre de 2019, no contaban por ejemplo, con los permisos municipales correspondientes ó estudios serios de impacto ambiental, de desarrollo y funcionamiento. Se ejecutaba una obra sin proyecto conocido. Fue la integración de esta información, de esa realidad sin sentido así como sus protestas, la que nos llevó a un conversatorio en nuestra Escuela con la rectora, y a la entrega a los interesados, ante la demanda y 24 horas después, de un “expediente” contentivo de documentos: Memoria descriptiva del proyecto Ciudad de las Artes Nucleo Sebucán, plano del proyecto, Reglamento Interno del Centro Deportivo, Permiso proyecto Ciudad de las Artes, Permisos para tala y obras menores, ninguno conocido en su momento, ni siquiera los permisos de tala que solo admitían un total de 12 árboles y fueron destruidos más de 40 !!!

Esto solo fue el inicio de la generación de una muy importante corriente de opinión de nuestra comunidad adversa a todo este desarrollo, que hasta el momento solo da muestras de existencia en nuestras canchas, pero que busca transformar nuestro edificio en un sinfín de locales destinados a otro tanto de actividades diferentes a nuestro propósito como Escuela de Enfermería y que reseño, tomado de la memoria descriptiva del documento en cuestión, el listado preliminar de la propuesta de espacios:

Nuestro Auditorio para conferencias, música, teatro, recitales; nuestra Capilla para música (concierto corales, música de cámara); la planta baja del edificio administrativo y de Dirección para café – restaurant, librería, sala de cine y Videoteca Margot Benacerraf; nuestro ático para salones de usos múltiples para conferencias, cursos, catas, exposiciones, danza; salas de exposición, lectura y ensayo; Jardín de las Letras para lecturas, intervenciones artísticas, Aula Ecológica-Vivero, Biblioteca especializada; espacios administrativos: área de servicios, sanitarios, camerinos, depósitos, utilería; sistema de caminerías y espacios para la recreación pasiva y la contemplación, trote y otras actividades deportivas al aire libre como yoga, pilates, bailoterapia, tai- chi, artes marciales.

No debe pasar por alto que en ese mismo estudio fue planteado la necesidad de hacer “reingeniería del espacio, que actualmente se ocupa de manera dispersa”, refiriéndose a las áreas que ocupamos en la edificación en el desarrollo de nuestras actividades y que deberían adaptarse al proyecto.

Se pretende entonces una verdadera transformación de nuestra Escuela, en marcha ya, en algo que no es ni fué visualizado como tal, y como es, LA EXPLOTACIÓN COMERCIAL DE NUESTRAS INSTALACIONES EN ACTIVIDADES AJENAS A NUESTROS INTERESES EDUCATIVOS, EN EL MARCO DE LA AUTOGESTIÓN, diseñado, administrado y gerenciado por otros, claramente ajenos a nuestros intereses, y donde, después de 4 años y medio desde la firma de este convenio UCV-FFAB y más de dos años del contrato con el club deportivo Pariasport no hay una sola muestra de que esta entrega de nuestra Escuela nos depare algún beneficio. Hasta ahora, algunas labores de limpieza de nuestros espacios ante la demanda de ello, como compensación ante la generación de gran cantidad de polvo por parte de las obras en el campo deportivo, desmalezamiento de nuestros jardines y la restauración y reubicación de una vieja imagen de San José, deteriorada por el tiempo, las inclemencias ambientales y la falta de cuidados. Eso es lo que tenemos.

Quizás, la muestra más tangible de que se trata de desarrollar el negocio de otros a nuestras expensas, y a pesar de que originalmente el Convenio UCV-FFAB prevé apoyo a los proyectos académicos de la Escuela, el solo asomo, meses atrás, de la necesidad del Laboratorio de Enfermería, aspiración muy básica y de larga data, fue rápidamente descartada en reunión conjunta por quien ejercía la presidencia de la FFAB, al considerarlo muy costoso.

Es en el marco de la promoción y disposición de nuestras instalaciones para eventos que desconocemos porque no somos informados, pero supone uno,  generadores de recursos, que recientemente se celebró una pomposa cena y celebración en nuestro salón de usos múltiples. Hasta donde supimos, en compensación, obtuvimos 24 bombillos led, para la iluminación del auditorio, y parte de 4 pasillos alrededor del mismo. Cada bombillo, cotizado para el momento en alrededor de Bs 70.00. Entonces, un evento de esa envergadura, nos deja Bs 1.680.000?, $ 57 para el momento. Un absoluto despropósito. Solicitó entonces la Comisión que hace seguimiento de este proyecto Ciudad de las Artes en nuestra Escuela, y quienes actualmente elaboran informe de este seguimiento,  conocer este balance, vía comunicación dirigida a la Dirección de la Escuela a principios de Diciembre y no han obtenido respuesta alguna. Pareciera entonces que no nos corresponde conocer los pormenores de esto que han denominado “autogestión”, a nuestras expensas y del cual tenemos justificadas y serias dudas.

El deterioro de la edificación sigue inclemente sin una sola actuación, siquiera preventiva que intente detener este avance.  Solo muestras de achacar a los árboles que aún conforman nuestros jardines tal deterioro, obviamente sin serlo y ya ratificado por expertos.

Simplemente se juega a que el tiempo haga más estragos.

Mientras todo esto sucede, hemos sido atropellados de muchas formas no solo por la FFAB, pero adicionalmente por quien hasta el momento es adjudicatario y hasta por  quien le presta servicio, incluso de manera violenta sin que sintamos que nuestra protesta en ese sentido sea siquiera atendida por a quienes corresponde. Todos se sienten “dueños” en nuestra Escuela y absolutamente apoyados.

Nuestra directiva supeditada a la FFAB, en una extraña representación de autoridad que no conocemos y para la que estoy segura no existen precedentes en nuestra Universidad.

Mientras tanto, el rechazo es creciente a este desarrollo, a este ceder y perder que no tenemos intención de seguir tolerando. Tenemos solo una falta absoluta de la debida atención institucional a nuestra legítima protesta y rechazo. No existe para esta comunidad una sola figura que nos represente en alguna de estas instancias en las que se toman estas decisiones contraviniendo claramente nuestros intereses. Todos defendiendo este proyecto, a la medida de otros.

En el Convenio UCV-FFAB, las decisiones son de la rectora y esta Fundación, en cuanto al Club Deportivo, las decisiones son FFAB-Pariasport. Nuestra comunidad de la Escuela de Enfermería no existe en sus objeciones, reclamos y  rechazo. Ninguno de los integrantes del Consejo Directivo ó Asesor relacionados atiende nuestro parecer, conocido por muchas vías y hasta la representación de la Facultad de Medicina quedó remplazada por nuestra Coordinadora Administrativa. Ni una sola voz disidente en todo este desastre. Solo el accionar unísono de continuar, a pesar de nosotros.

Ante estos hechos francamente irregulares, la ciudadana rectora me refiere a través de las redes sociales ante mi sugerencia que incluya en el balance 2019 de su gestión la entrega de nuestra Escuela de Enfermería a la FFAB que “nuestra Escuela no ha sido entregada, que me dirija a la presidenta de la FFAB”, en franca mención a quién lleva el mando aquí, “que no es posible que se responsabilice a las autoridades UCV de todo lo que sucede”, “que me dirija al decano Balda”, que “me dirija al CU como corresponde” en una respuesta que no deja de sorprender habiendo sido suya la suscripción del  Convenio en representación de la UCV, origen de toda esta situación que vivimos, que rechazamos de pleno y no estamos dispuestos a seguir tolerando y para lo cual estaremos recurriendo a todos los recursos que estén a nuestro alcance para hacerla conocer y revertir. Perdimos innecesariamente buena parte de nuestra arbolada, nuestro campo deportivo y se pretende hacer de nuestra Escuela un centro comercial ajeno a nuestro propósito y beneficio, para el lucro de otros en un aparente gran negocio que seguimos investigando.

En este mismo sentido, por todo lo que antecede, habiendo sido suya la instrucción y suscripción de tal convenio exigimos se cumpla la modificación de su vigencia tal y como está previsto en el numeral 7 del citado documento, donde, “la vigencia del convenio podrá ser ampliada ó modificada de acuerdo a la dinámica en la ejecución, supervisión y gerencia de la Ciudad de las Artes Sebucán, si ambas partes así lo consideran”, y la FFAB es una dependencia UCV.

En este estado de cosas, demandamos hacer efectivo el derecho que tenemos a decidir lo que consideremos mejor para nuestra Escuela y nuestra misión actual y a futuro. La verdadera propuesta de sostenibilidad debe venir de nosotros, del diseño que hagamos para desarrollar una gestión que nos permita no solo generar los recursos financieros que requerimos para nuestro funcionamiento y la recuperación de nuestra edificación pero que además permita la realización de actividades de nuestra capacitación y crecimiento, así como relacionadas con la salud como es nuestro caso. Considerar otras tendría que ser nuestra decisión. Esto supone un manejo para nosotros, a nuestro servicio,  sin menoscabo de nuestros espacios, de nuestro propósito, velando por nuestros intereses, que obviamente no es el caso. Estamos siendo explotados en nuestra sede, Escuela de Enfermería UCV, para el beneficio de otros.

Se invoca permanentemente a la “AUTONOMÍA” ante el riesgo permanente que vivimos de la violación a la soberanía de nuestra vida universitaria por parte del monstruo que nos ha tocado padecer y enfrentar, pero… qué hay de los que somos atropellados por este principio, este derecho, este recurso  mal ejercido por las autoridades llamadas a hacer uso racional, justo, reglamentario de la misma?.

No es posible que tengamos para nosotros una situación que Decano alguno habría aceptado para su Facultad.

Estoy entonces aquí rectora García, dirigiéndome a Ud y el Consejo Universitario planteando esta gravísima problemática que al igual que el Consejo de Facultad de Medicina, repito, conocen por muchas vías, de muchas formas, pero simplemente voltean hacia otro lado. Eso tiene muchas lecturas.

A la espera de su necesaria y demorada consideración

 

 

Prof. Juana Rodríguez  I.

Escuela de Enfermería UCV

 

 

[pdf-embedder url=»http://localhost/wp_oep/wp-content/uploads/2020/03/Convenio-UCV-FFAB.pdf» title=»Convenio UCV-FFAB»]

[pdf-embedder url=»http://localhost/wp_oep/wp-content/uploads/2020/03/CU.pdf»]

Autor

Erick Camargo

Ver todos los artículos de Erick Camargo

Compartir

Categorías

Etiquetas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *