Entrevista realizada por el Observatorio de Ecología Política de Venezuela
Imagen de portada: Derrame de petróleo en El Tigre, octubre 2018, Bloomberg.
Ante la persistente situación de derrames petroleros en Venezuela y los graves impactos ambientales que va ocasionando, a corto y largo plazo, hemos realizado una entrevista al experto petrolero Einstein Millán Arcia, para conocer más de cerca las causas estructurales de esta grave amenaza socioambiental y las formas como se está gestionando la problemática desde la industria.
Einstein Millán Arcia, es asesor internacional de Petróleo y Gas “Upstream” – Medio Oriente; Estudios de Especialización a nivel de doctorado en flujo de fluido en medios porosos – The University of Oklahoma, 1991; Master of Science Petroleum Engineering – The University of Oklahoma, 1990; Ingeniero de Petróleo Universidad de Oriente, 1979. Fue asesor de desarrollo de gas de Kuwait oil company; 2010-2015. Laboró en PDVSA entre 1979 y 2010, ocupando varios cargos gerenciales y supervisorios. Encabezó el equipo técnico Venezolano intergubernamental en la nacionalización de la industria petrolera Boliviana. Ha publicado y presentado en diversas revistas y conferencias internacionales más de 12 trabajos especializados en materia de Petróleo y Gas. Ha escrito más de 300 artículos de opinión y sido citado en calidad de experto en materia de petróleo y gas en distintas revistas y periódicos internacionales y nacionales.
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¿Cuál es a su juicio la situación de siniestralidad actual de Petróleos de Venezuela?
La situación de “siniestralidad” en PDVSA es delicada, recurrente y ha venido agravándose de forma creciente a partir de 2007-08, pasando de menos de 10.000 barriles derramados por año, a más de 150.000 y de menos de 200 accidentes por año a más de 4.000 en promedio y hasta 2017. A partir de 2017, con la llegada de Manuel Quevedo y ahora Asdrúbal Chávez, la estrategia adoptada por dichas administraciones ante el inusitado aumento en accidentes, incidentes e ilícitos ambientales, ha sido la de impedir acceso a la información, no reportar dichos eventos y desinformar, sin embargo es evidente un nuevo salto notorio en el tipo, nivel y severidad de los accidentes, incidentes e ilícitos ambientales en PDVSA desde entonces.
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¿Por qué se ha llegado a este nivel? ¿Qué causas adjudica ud.?
Al principio la “accidentalidad” e ilícitos ambientales en PDVSA aumentaron exponencialmente debido al crecimiento indiscriminado de una fuerza hombre no preparada, con poco apego a normativa seguridad, higiene y ambiente (SHA) y ausente cultura de mantenimiento “proactivo”. Dicha fuerza hombre incluía también personal que fue absorbido de las empresas expropiadas con cultura y filosofía de trabajo ajena e incompatible con una industria petrolera verticalmente integrada.
Aparte de lo anterior, una porción importante de la directiva y gerencia que incorporaba Ramírez a partir de 2007-08, no estaba preparada con la debida cultura SHA.
A partir de 2015-16 la industria entra en una etapa de “desinversión”, ausencia de valores corporativos, directivas sin preparación ni exposición suficiente al frente de cargos de responsabilidad en la industria petrolera y con un evidente desconocimiento de los riesgos en los distintos componentes de la cadena de valor de negocios. La combinación de “desinversion”, galopante corrupción, ausente visión de conjunto y pésimas directivas, han incidido en un envejecimiento prematuro de la infraestructura medular y una mayor exposición a eventos catastróficos, tales como la que se están viendo desde entonces.
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A su parecer, ¿Cómo está siendo el abordaje y gestión ambiental de la empresa y cuáles están siendo sus impactos?
No existe en la industria petrolera Venezolana abordaje coordinado, no existe medición y evaluación de matrices de riesgos en sus procesos y operaciones tendientes a prevenir y/o mitigar eventos y/o efectos. No existe cultura de mantenimiento “proactivo”, solo reactivo. Existe una maquinaria politizada de desinformación que no parece importarle las consecuencias aguas abajo de los derrames, emisiones, accidentes e incidentes, sino más bien ocultar y desmentir informaciones sustentadas desde afuera de PDVSA.
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¿Qué panorama se avizora? ¿Estamos en riesgo de accidentes de mayor envergadura a otros ocurridos como Amuay?
El panorama a corto plazo es de pronóstico reservado y tenderá a agudizarse ante la ausencia de mantenimiento y ante la ausencia de valores y cultura SHA.
La industria, las instituciones venezolanas y su sociedad no están preparadas para proteger nuestros activos, recursos, ni medio ambiente y aplicar la ley penal del ambiente con todo su peso.
Han ocurrido múltiples accidentes y derrames catastróficos en la FPO por ejemplo, que han pasado desapercibidos por debajo de la mesa sin consecuencia alguna.
Países vecinos como Trinidad y Colombia se han cansado de dañar y contaminar nuestras costas y ríos y el estado Venezolano, sus instituciones y su sociedad permanecen inertes, como si nada.
Desde dentro de PDVSA se daña recurrentemente nuestro ecosistema, nuestra industria y nuestros recursos y nadie sufre consecuencias.
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¿Qué propuesta o alternativa se puede extender ante la situación?
Nuestra propuesta es sencilla, cumplir y hacer cumplir las leyes con severidad. Educar a nuestros ciudadanos, políticos y responsables de dirigir nuestras empresas e instituciones sobre la necesidad de proteger el entorno, el medio ambiente, nuestras industrias y nuestros recursos hoy, para poder garantizar un mejor futuro a nuestras futuras generaciones y a nuestra amada patria.