Falta de gas doméstico obliga a familias venezolanas a deforestar para obtener leña

Garrafas de gas vacías en una comunidad de Caracas (Venezuela). Foto: EFE

Prensa OEP

Imagen de portada: Un hombre transporta troncos en busca de leña en una carretilla fuera de Maracaibo, Venezuela. Fotografía tomada el 1 de agosto de 2019. REUTERS / Manaure Quintero

Cada vez son más frecuentes los reclamos de familias venezolanas que denuncian la grave situación de falta de gas doméstico en buena parte del país, especialmente en regiones como el occidente u oriente del país, pero también cada vez más común también en la región central, lo que en muchos casos les ha obligado a comprar gas en dólares, y cuando esto es imposible a comprar leña, y en otros a proveérsela con sus propias manos y herramientas en parques o zonas naturales, donde, sin tener mayor conocimiento del daño ambiental que se ocasiona, se abastecen como pueden de leña para cocinar o hervir agua, deforestando incluso zonas protegidas.

Juan Hernández carga leña en Santa Teresa del Tuy. Foto: EFE

La escasez del gas, un problema cada vez más común en Venezuela

En Venezuela, de acuerdo con datos aportados por Antero Alvarado, profesor del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) y director regional para Venezuela de la firma Gas Energy Latin America, para Crónica Uno, 89% del consumo de gas del país es a través de bombonas GLP, mientras que solo 7 % recibe gas (metano) directo en sus residencias, y un notorio 4% de la población se ve obligada a cocinar de manera cotidiana con leña, kerosén o cocina eléctrica ante la aguda escasez de bombonas de Gas Licuado del Petróleo (GLP) que suministra Pdvsa Gas Comunal.

Irónicamente, aunque Venezuela es el octavo país del mundo con reservas probadas de gas natural, pues cuenta con 5740 miles de millones de pies cúbicos según la Agencia Internacional de la Energía (IEA), el aparato de producción petrolera no logra satisfacer el consumo interno de GLP, especialmente desde el año 2007 cuando el gobierno venezolano expropió las dos empresas productoras más importantes de GLP en el país: Tropigas y Vengas.

Desde entonces la distribución de GLP de manera directa está 100% en manos del Estado, a través de la empresa Pdvsa Gas Comunal, adscrita a Pdvsa, pues sólo quedan unas pequeñas empresas en Anzoátegui, Carabobo y Miranda que se limitan a distribuir el GLP que reciben de Pdvsa Gas. El transporte, el almacenamiento y el llenado de GLP para los sectores comercial/industrial y doméstico son manejados también en su totalidad por Pdvsa Gas Comunal.

La escasez de GLP “se origina desde la producción pues en el país hay gas, el punto es que la infraestructura para procesar y distribuir el gas no funciona; por ejemplo, la planta de fraccionamiento de Jose, donde se produce actualmente todo el GLP del país, tiene múltiples problemas técnicos: turbinas, compresores y trenes dañados, etc. Venezuela producía 160.000 barriles diarios de gas metano, el que llega vía directa. Pdvsa producía tres millones de barriles de petróleo y se extraía el gas. Fuimos exportadores de propano, con lo que se produce el GLP. Desde el 2009 o 2010 empezamos a importarlo”, declaró una fuente anónima de la industria petrolera a Crónica Uno.

De acuerdo con Eudis Girot, director ejecutivo de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela (Futpv), la baja productividad de gas en Venezuela se ha visto agravada por la imposibilidad de importación de gas propano, a causa de las sanciones impuestas a PDVSA, lo que ha llevado a empeorar una situación ya bastante compleja que ha generado una dramática escasez del GLP de 60%, que puede ser constatada por la mayoría de la población en Venezuela, especialmente en sectores populares, pero no limitada a ellos exclusivamente.

Las principales causas de la falta de gas en Venezuela apuntan a una mezcla de aspectos derivados de la disminución de producción del gas propano y del volumen de gas rico en las plantas de fraccionamiento LGN, también fallas en el sistema de transporte del gas ocasionadas por la falta de mantenimiento a instalaciones claves, un tercio de las plantas de llenado están fuera de servicio por problemas operativos, lo que también mantiene inoperativos por fallas mecánicas cerca de un 50% de los camiones que distribuyen GLP. Un cóctel tóxico de elementos ocasionados por el mal manejo de la industria petrolera y el efecto de las sanciones a la industria petrolera que han llevado a millones de familias a procurar su acceso al gas doméstico con cada vez más trabajo e inversión de dinero, y en muchos casos a acudir a la leña como sustituto para cocinar o hervir el agua.

Nelson Hernández, ex directivo de PDVSA Gas Comunal, declaró en entrevista al medio El Diario, que el consumo promedio de GLP (gas propano) de una familia venezolana se sitúa actualmente en 45 mil barriles diarios (KDB). Según el experto, ese volumen implicaría que cada familia tendría un consumo normal promedio mensual de 3 bombonas de 10 kg, y según las últimas cifras no oficiales, la producción actual de barriles se encuentra por debajo de los 15 mil diarios.

“En otras palabras”, sostiene Hernández, “si atendemos a la producción solo habría disponibilidad para una bombona mensual por familia, de ahí el caos que vemos en la actualidad en las calles de todo el país, cuando vemos a cientos de miles de ciudadanos haciendo colas esperando para conseguir el combustible”.

Déficit de bombonas y accidentes domésticos por fallas

Otra situación comúnmente denunciada por personas en redes sociales es la falta de bombonas para adquirir el GLP, bien sea porque el cilindro haya sufrido un desperfecto que ya no permita su uso, o bien sea porque haya sido robado, lo que es cada vez más frecuente, dado el alto costo de las bombonas que por su escasez ahora se cotizan en divisas.

Garrafas de gas vacías en una comunidad de Caracas (Venezuela). Foto: EFE

Según información de PDVSA y otras fuentes recabada por Crónica Uno, en Venezuela existe un déficit de 12 millones de bombonas, pues del estimado de 15 millones de cilindros con capacidad entre 10 a 43 kg que existen en el país, 80% incumplen las especificaciones técnicas requeridas por la norma Covenin, y sólo 3 millones están en buen estado.

Esta situación se habría derivado de una falta de mantenimiento a las bombonas, cuya vida útil es de 10 años, y que deben ser sometidas cada cuatro o cinco años a una prueba hidrostática de presión de la válvula (PH), quedando reflejada cada revisión en la chapa exterior de la bombona.

“Había tres empresas certificadas privadas para hacer las PH, una en Yaritagua, (Yaracuy); Maracay (Aragua) y Zulia. Pero cerraron porque el Gobierno no les envió más nunca bombonas. De acuerdo con la Resolución 290 del Ministerio para el Petróleo todas las plantas de llenado tienen que contar con una cantidad adicional de bombonas (stock) para reemplazar las que estén en mal estado, ese protocolo de manejo de cilindros de retorno no se está cumpliendo, por eso hay tantos accidentes domésticos”, alertó una fuente anónima a Crónica Uno.

Bachaqueo y privatización del gas en Venezuela

A mediados del 2019, el gobierno venezolano comenzó lo que denominaron un proceso de “desconcentración” de PDVSA Gas Comunal, que supone la entrega a discreción de su administración total o parcial a capital privado, esto a la luz de la grave situación de improductividad en este rubro tan sensible para la vida de todos en el país.

Algunas experiencias regionales de privatización del servicio de distribución del gas doméstico destacan por la violaciones de normativas laborales, como el caso de DracuGas en Carabobo, administrada bajo un esquema mixto de capital privado y gerencia del gobierno regional, que implicó el despido indebido de más de 300 trabajadores, en violación a sus derechos laborales, y donde existen denuncias de amenazas por parte del Presidente de la empresa, José Parada, quien de acuerdo con representantes laborales amenaza a los sindicatos que presenten objeciones al manejo irregular de la empresa.

El caso de Mérida es más complejo, pues el Jefe Político del PSUV local, Jehyson Guzmán, se sirvió de EMCOMERSA, sociedad anónima filial de Corpoandes (dirigida por Freddy Bernal) para crear NevadoGas, una empresa mixta para la distribución de gas, en 2018. Ahora, en el segundo trimestre de 2020 nace CORPOMERIDA, la figura jurídica que se le dio a la actividad política que desempña Guzmán en la entidad. Actualmente NevadoGas y CORPOMERIDA compiten por la distribución del gas doméstico en el estado, lo que ha hecho desaparecer el servicio de distribución público del gas, poniendo ofertas en la calle “fantasma” (OPT) sin RIF ni personalidad jurídica, que nadie regula, que usan bienes y activos de empresas “intervenidas” o suspendidas y que son las únicas que tienen gas.

Esta política no declarada de privatización del gas, con un manejo muy opaco de los recursos y cuentas, ha llevado a la proliferación de ofertas de bombonas y llenado de las mismas por parte de personas que hacen uso de cuentas en redes sociales o incluso en páginas de compra y venta, a cambio de divisas, una solución que no muchos pueden darse el lujo de pagar.

A falta de gas, ¿buena es la leña?

Recientemente  se ha registrado una notoria polémica en redes sociales por el discurso de voceros oficialistas, quienes han reivindicado el uso de la leña para sobreponerse a la falta de gas doméstico en diversas regiones del país.

Al respecto, destaca la situación del oriente del país, donde el protector del estado Nueva Esparta, Dante Rivas, instó a la población de esa entidad a usar leña para la cocción de alimentos que requieren mayor tiempo de preparación, lo que generó gran malestar entre diversos usuarios de redes sociales que manifestaron la imposibilidad para usar ese método recomendado por el funcionario si se vive en un apartamento, por ejemplo, o el impacto de la deforestación en las zonas naturales en la región oriental.

Vale la pena destacar que recientemente se ha denunciado que habitantes de Nueva Esparta han en efecto talado manglares del bosque del reservorio de aves de Bahía el Saco en Isla de Coche, para su uso como leña para cocinar.

https://www.instagram.com/p/CA5naQulFXC/?utm_source=ig_embed

Sin embargo, el uso de leña ha dejado de ser un recurso de adaptación de los habitantes de regiones como el occidente o el oriente de Venezuela, a una falta de gas doméstico que agobia a los hogares hace años, y ahora es más común ver que en distintos hogares en la región central y en la misma capital, familias emplean leña, y disponen de áreas comunes de sus calles, para la preparación de alimentos y así intentan evitar la invasión del humo en el interior de sus viviendas, un efecto que no sólo provoca malestar por el olor sino que puede tener graves consecuencias en la salud de niños, ancianos y personas convalecientes.

Hacer leña del árbol caído

Diversos activistas y ambientalistas han denunciado que se promueva el uso indiscriminado de la leña como combustible para la preparación de alimentos en los hogares venezolanos, especialmente en los sectores más vulnerables que no consiguen acceder al gas bachaqueado o privatizado en Venezuela.

Imagen de joven recogiendo leña en Caracas para cocinar. Esther Yañez

Por una parte, se alerta sobre el terrible impacto que tendría esta proliferación del uso de la leña en la salud de las personas, pues no sólo la inhalación constante de humo, sino la ingesta de alimentos ahumados puede tener consecuencias tanto respiratorias como en la salud digestiva.

También se advierte el impacto ambiental que podría acarrear el uso masivo de leña, especialmente en regiones ya sometidas al impacto de la deforestación y el cambio climático. En este sentido, algunos activistas han recordado el lamentable caso de Haití, donde sólo alrededor del 3% de la población tenía en 2017 acceso a gas licuado de petróleo (GLP) y energía eléctrica, lo que llevó una masiva deforestación de la isla que alcanzó hasta el 98% de su territorio con el fin de usar la madera para producir carbón o leña para su consumo doméstico, todo con una amplia intervención privada y de funcionarios del gobierno que hicieron de la tala un negocio ante la demanda insatisfecha de gas doméstico y electricidad.

Lamentablemente en Venezuela es cada vez más común observar a personas, e incluso grupos familiares, talando árboles de manera indiscriminada en parques o zonas naturales para obtener leña y poder así garantizar la preparación de sus alimentos, una situación que ya ha sido denunciada desde hace meses, y que ante el notorio aumento de la escasez del gas y la falta de respuesta de las instituciones a la demanda, algunos funcionarios o voceros del gobierno han querido eufemizar usando palabras como resitencia o empatía.

Más recientemente usuarios en redes sociales han denunciado que ya es posible adquirir leña para cocinar en supermercados o abastos en algunas regiones del país, una evidencia más de la grave situación del gas y de cómo ya algunos actores comienzan a ver la deforestación para venta de leña como un lucrativo negocio ante la demanda insatisfecha del gas doméstico en Venezuela.

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OEP Venezuela

Perfil oficial del Observatorio de Ecología Política de Venezuela

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