La pobreza, la hiperinflación, inseguridad, mal funcionamiento de los servicios básicos son algunos problemas que aquejan a la población venezolana y sin duda son percibidos como más tangibles que el tema del cambio climático. Es por esta razón, que para una población como la nuestra, que está sumergida en una profunda crisis política y socioeconómica, problemáticas como la del cambio climático no son percibidas como una prioridad. Lo paradójico de esto es que el cambio climático, pese a lo abstracto y ajeno que nos pueda resultar, es una amenaza real que profundiza la situación de vulnerabilidad en la que ya se encuentra la población venezolana.
En este mes de agosto se han reportado inundaciones en 11 entidades del territorio nacional. Las fuertes precipitaciones han dejado un saldo de miles de personas damnificadas y en el caso del estado Mérida, 20 fallecieron tras un deslave ocasionado por las lluvias. Lamentablemente, de estos eventos climáticos en su mayoría resultan más afectadas las personas que ya se encuentran en una situación de pobreza y vulnerabilidad y es a quienes más les cuesta recuperarse de los embates de este tipo de fenómenos. Siempre habrá quien diga que las recientes lluvias nada tienen que ver con el cambio climático, porque que en determinada época siempre llueve o hay sequía, la cuestión es que esa lluvia o época de sequía a la que estas familiarizado, durará cada vez más y las consecuencias serán mucho más difíciles de afrontar. Es urgente, conectar la crisis climática con la crisis venezolana para dimensionar el complejo panorama que se nos viene.
Ver también Inundaciones en Mérida: Cuando las crisis se juntan
Escenarios para Venezuela
El aumento de la temperatura ocasionará el aumento del nivel del mar, de modo que ciudades de la costa del Lago de Maracaibo, Delta Amacuro, Tucupita pueden quedar sumergidos. Esto implica complejas consecuencias entre ellas las migraciones climáticas.
Asimismo, las sequías y las inundaciones serán más intensas y afectarán la seguridad alimentaria de un país que ya ha visto diezmado de manera importante su producción agrícola. Es decir, el cambio climático pone en riesgo la alimentación de la población venezolana.
El cambio climático en Venezuela empeorará nuestro ya precario y deficiente acceso al agua potable. Con esto queremos decir que el Cambio Climático no es problema ajeno a la realidad venezolana, al contrario intensificará las crisis existentes en nuestro país.
Cambio climático y Arco Minero del Orinoco
El gobierno venezolano emplea el cambio climático como un elemento más de un discurso político que como siempre traslada la responsabilidad a otros sin asumir las propias. Es que si bien, la mayor emisión de C02 proviene de países industrializados, nuestro país no puede lavarse las manos ante la actual situación de crisis climática. Hay responsabilidades que no pueden evadirse como por ejemplo los constantes derrames petroleros y demás pasivos ambientales que deja consigo la industria petrolera venezolana o el hecho que tras la implementación del Arco Minero del Orinoco, ahora Venezuela es uno de los países con mayor proporción de áreas naturales afectadas por la minería.
Los bosques tienen un rol importante en el proceso de captura de carbono, al haber más deforestación es imposible que cumplan la función de mitigación del cambio climático. De hecho, un alarmante estudio reveló que los bosques de la Amazonía están liberando más (CO2) de lo que capturan. La razón, deforestación y poca preservación de los mismos. En el caso de Venezuela la intensa avanzada del extractivismo está acabando con nuestros bosques y amenazando también a los pueblos indígenas quienes tienen un papel fundamental en su preservación.
Derecho a la información y protección de los defensores de la naturaleza
Ante este escenario de cambio climático, es cada vez más importante el papel de los defensores y defensoras del ambiente así como el acceso de la ciudadanía a la información ambiental. Sin embargo, Venezuela se ha negado a suscribir el Acuerdo de Escazú, instrumento que precisamente obliga a los Estados a garantizar derechos como el acceso de la ciudadanía a la información, la participación pública y la justicia ambiental.
La ciudadanía necesita saber si Venezuela cuenta con un plan nacional de adaptación y mitigación para el cambio climático. Necesitamos más acciones y menos discursos.
En la Isla de Margarita las autoridades encargadas del manejo ambiental están bien distanciadas de ésta realidad.
La situación se agravará si el Ministerio de Ecosocialismo no activa la comisión de gestión integral de zonas costeras. No hay a quien acudir.