Por: Elsa Gabriela Rodríguez
Ante la recurrente y grave problemática del agua se ha apostado a la construcción de pozos subterráneos de agua en la ciudad de Caracas. No obstante la cantidad actual de pozos no es suficiente para abastecer a toda la población, pero la sobreexplotación puede terminar por contaminar o agotar los acuíferos. Esta situación, puede generar un dilema social donde el uso desmedido de un bien compartido puede terminar destruyéndolo.
Entre las tantas y complejas problemáticas que tiene la población venezolana, una de ellas está relacionada con el acceso al agua. En Venezuela el servicio de agua se presta con mucha irregularidad, de modo que gran parte de los hogares venezolanos no cuenta con un suministro constante, sufriendo así continuos racionamientos. Algunas cifras de Hum Venezuela sugieren que para el 2022, el 90% de los venezolanos tenían severas limitaciones para poder acceder al agua potable, lo que revela la magnitud de esta problemática.
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Pozos de Agua solo para unos pocos
Desafortunadamente, no todos los venezolanos tienen la misma capacidad para paliar esta situación, las alternativas ante la deficiencia del servicio está condicionada con la capacidad adquisitiva, de este modo para la mayoría de los venezolanos las opciones están limitadas al almacenamiento de agua en pipotes y en algunos casos a la contratación de cisternas, pero igual está última supone un pago que muchos no pueden costear.
Otra manera de enfrentar la escasez de agua, está en la perforación de pozos de agua subterránea, sin embargo, esta opción, salvo, muy contadas iniciativas municipales de perforación de pozo para comunidades, está restringida por el estrato socioeconómico, lo que la hace excluyente para el resto de los venezolanos. El auge de la perforación de pozos tiene como causa principal la mala gestión por parte del Estado al no garantizar el suministro regular de agua a la población. De este modo, cada quien según sus posibilidades buscan soluciones privadas a la grave problemática al acceso al agua en Venezuela.
Las inquietudes sobre el auge de pozos en ciertas zonas de Caracas nos remite sin duda al conocido dilema social de la Tragedia de los Comunes planteado por Garret Gardin en 1968, cuando este ecólogo estadounidense advertía sobre las implicaciones de la sobreexplotación de recursos de uso común. En este caso, nos preguntamos que pasará con un bien común como el agua si todos explotamos por nuestra cuenta los acuíferos de la ciudad. Esta es una duda razonable al tomar en cuenta la disponibilidad de agua subterránea no es infinita. Como señala un documento de la Asociación Venezolana para el Agua (Aveagua) en Venezuela, había contabilizado 94,80 metros cúbicos de reservas de agua subterráneas en Distrito Capital para el 2011. Han pasado 12 años y seguramente estas cifras han sufrido algún cambio tomando en cuenta que en estos años ha empeorado la situación del suministro de agua en la ciudad de Caracas y en general en todo el país.
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Para el 2020, un reportaje de la BBC calificaba de “fiebre” a este auge de perforación de pozos en diversas zonas residenciales del este de Caracas y además advertían que muchos de estos pozos se estaban explotando sin los permisos pertinentes. En el mencionado trabajo periodístico entrevistaron a José María de Viana, ingeniero civil y expresidente de Hidrocapital quien indicó lo siguiente: «El pozo le cambia la vida a la gente, pero ahí abajo no hay agua para todos». Una frase contundente que alude a lo insostenible en el tiempo de este boom de los pozos subterráneos y los riesgos de la sobreexplotación y agotamiento de los acuíferos.
Otro experto en el tema ha afirmado que no hay pozos suficientes para cubrir la demanda que requiere toda la población de la ciudad de Caracas para lo cual se requeriría al menos 5 mil pozos. Una situación que nos confronta con la viabilidad de los pozos subterráneos para abastecer de agua de manera constante y permanente a las familias venezolanas.
Es importante mencionar que la sobreexplotación de los acuíferos que sostienen un pozo de agua pueden generar su contaminación o su agotamiento. En decir, estaríamos ante una tragedia de los comunes, como indicaba Gardin, es decir, el sobreúso de un bien compartido puede acabar con el mismo.
En el municipio Chacao, el 80% del agua que abastece a los habitantes de la de este municipio procede de pozos profundos, de los cuales 30 son iniciativas públicas de la Alcaldía, sin contar aquellos realizados por su cuenta en los conjuntos residenciales de esa entidad municipal. No obstante, en redes sociales han manifestado que algunos de estos pozos han dejado de funcionar o que no han resuelto el problema del agua.
Estas denuncias nos indica que los pozos subterraneos son medidas paliativas que no dan solución a la problemática hídrica complejaque hay en el país y en la ciudad de Caracas. En primer lugar, porque se busca dar respuesta desde lo individual y en la mayoría de los casos desde lo privado a un problema colectivo como lo es el acceso y el derecho al agua y que está influido por una diversidad de factores como ineficiencia del Estado en la gestión del agua,deterioro y contaminación de cuencas hidrográficas, cambio climático entre otros.
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Ante una situación de sobreexplotación de los comunes, Hardín solamente contemplaba la privatización, estatización o la limitación del uso del común como solución. Opciones que en este caso, tampoco dan respuestas a la situación debido a que los pozos son una consecuencia de la crisis hídrica no su causa.
Es aquí donde las ideas de la ganadora al premio nobel de economía, Elizabeth Ostrom cobran vigencia porque nos señala que no necesariamente debemos enfrentarnos a una inevitable tragedia, en este caso quedarnos sin agua. En el caso de Venezuela hay muchas aristas y dimensiones que van desde lo Estatal hasta lo local, de lo colectivo a lo individual. En todo caso, los pozos subterráneos son uno panacea que puede terminar agudizando la crisis hídrica en nuestras ciudades.
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la crisis del agua en Caracas es el resultado de una combinación de factores históricos, estructurales y coyunturales que han creado un sistema frágil y vulnerable. Para abordar esta problemática de manera efectiva, es necesario adoptar un enfoque integral que considere las dimensiones sociales, económicas, ambientales e institucionales; UNA TAREA: OBLIGAR A LAS RESIDENCIAS POR MEDIO DE UNA ORDENANZA A RECOLECTAR LAS AGUAS DE LLUVIAS. Y CANALIZARLAS HASTA UNA LAGUNA COMO LA MARIPOZA. .