Caracas: una ciudad más gris y menos verde

Contaminación lumínica en Traki El Cigarral. Foto Vía Punto de Corte
septiembre 22, 2023

Caracas, más gris, más muerta, cada vez, menos verde. Las talas indiscriminadas no paran, el acoso a las áreas verdes por parte de especuladores inmobiliarios no se ha frenado, a pesar del reciente caso de la Constructora HP y los escándalos de corrupción que supusieron la privación de libertad de empresarios y funcionarios públicos. Sin embargo, ese caso aislado, más vinculado a un escenario político coyuntural que a una verdadera política anticorrupción y por la regularización de la adjudicación de terrenos municipales y áreas verdes a intereses privados, no ha servido de escarmiento a los terrófagos urbanos.

Entre los exponentes de esta ola de construcciones sin ningún tipo de criterio de racionalidad y sostenibilidad urbana, que además vienen acompañadas de talas indiscriminadas y problemas de tránsito, habitabilidad y hasta paisajismo urbano, está la famosa cadena de tiendas Traki. El caso del edificio construido en el Cigarral para ser sede de una de sus megatiendas es un ejemplo perfecto. Además de contribuir a la comercialización de la llamada fast fashion, una de las industrias más contaminantes y nocivas en el planeta, genera conflictos socioambientales y urbanísticos en las localidades donde se establecen sus tiendas. Para la construcción se acabó con un espacio público, que representó la derrota de los vecinos que durante años luchaban para que se convirtiese en un parque, quedando en manos privadas el terreno y donde se construyó un edificio sin la mínima planificación urbana y de tránsito, así como saltándose toda regulación paisajística y arquitectónica de la zona. 

Ya construido, luego de innumerables protestas de los vecinos contra el edificio, que contaron con la represión y burla del alcalde del municipio de El Hatillo; el edificio ha generado innumerables problemas de tráfico en calles que no estaban preparadas para esta estructura y el volumen vehicular de sus visitantes. Otra queja, importante, es la referida a la iluminación del edificio, la cual queda encendida durante las noches perturbando el sueño de los residentes de El Cigarral y La Boyera; lo cual levanto nuevas protestas. Sin ningún tipo de consideración por la situación eléctrica del país, sumamente grave, conocida por todos; los dueños de esta tienda, en claro desprecio por sus vecinos y por los venezolanos en general, decidieron que lo mejor era derrochar energía eléctrica manteniendo las luces encendidas toda la noche. La lucha de los vecinos logró que la policía dispusiese que se apagaran las luces durante la noche, sin hacer una mínima reflexión sobre el desperdicio de electricidad en un país con una aguda escasez energética. ¿Y la alcaldía dónde queda? ¿Las autoridades en materia energética del país donde están? Al parecer entre menos Estado y menos regulación, menos incomodidad para los depredadores urbanos.

¿Altamira el próximo Cigarral?

El caso con esta compañía es más grande, como sucede también en el municipio Chacao, donde fue demolida hace más de un año de forma irregular y bajo extrañas circunstancias una frutería que tenía 65 años en ese lugar ; para luego comenzar la construcción de una edificación que muchos presumen será un Traki, pese a que la Alcaldía en ese momento indicó que no existía ningún proyecto para ese terreno en sus oficinas. Allí vemos como, además, en los terrenos adyacentes a la casa donde funcionaba la frutería, una arboleda fue totalmente talada para dar inicio a los movimientos de tierra para esta construcción. El Ministerio de Ecosocialismo, que debe inspeccionar las talas y podas urbanas, así como demoliciones de inmuebles, tampoco se ha pronunciado ni ha mostrado interés por las continuas irregularidades que se vienen presentado. Esperemos que el frondoso Araguaney de Altamira no corra la misma suerte que el samán en El Cigarral.

Este Araguaney en la 6ta transversal de Altamirapuede correr la misma suerte que el sáman en el Cigarral.

Podas y talas avanzan en toda Caracas

La organización Plantados, que realiza monitoreo y difunde denuncias ciudadanas sobre las talas y podas en el área metropolitana de Caracas, permite observar la magnitud de la agresión a la foresta urbana de la capital venezolana. Las podas sin ningún criterio técnico se multiplican, pero cada vez son de peor calidad, provocando la muerte del árbol en cuestión y convirtiéndolo en un riesgo para los ciudadanos; como el caso del Boulevard de La Carlota, en el municipio Sucre. Lo mismo sucede en el municipio Libertador, en la esquina de Palo Grande. Así se evidencia que las talas y podas no responden a un color político, o una ideología; son una política compartida por todas las alcaldías de la ciudad, aunque las más visibles hasta el momento han sido las realizadas en Chacao, Baruta y El Hatillo.

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