A pocos días de iniciar la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 28) que se realizará en Dubai entre el 30 de noviembre y el 12 de diciembre, estalla un escándalo que involucra al Sultan al-Jaber, presidente de esta COP 28 y director de la empresa petrolera de los Emiratos Árabes Unidos, ADNOC. Según investigaciones de la BBC y el Centro de Informes Climáticos (CCR) revelan que al-Jaber junto a un equipo de lobbista tienen planteado cerrar negocios petroleros durante esta cumbre.
Esta investigación de la BBC ha causado revuelo, porque revela como los Emiratos Arabes pensaba aprovechar su papel de anfitrión de la COP 28 para hacer lobby con diferentes países y así concretar acuerdos de negocios. Entre los documentos filtrados aparece una comunicación de la empresa ADNOC dirigida a China, en la que manifiesta su interés por evaluar posibilidades de negocio de gas en otros países como Mozambique, Canadá y Australia.
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Desde que fue nombrado al-Jaber para presidir la COP 28 esta elección ha sido criticada por el evidente conflicto de intereses que existe entre quien dirige una empresa petrolera y los objetivos de una conferencia que busca un acuerdo para frenar mundialmente la emisión de contaminantes por los combustibles fósiles. En tal sentido, este escándalo solo es una confirmación de algo que se venía venir con el nombramiento del sultán al-Jaber.
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Ahora bien, más allá de esta noticia, tampoco hay muchas expectativas que esta nueva edición de la COP tome las medidas estructurales y necesarias para enfrentar la grave crisis climática, han sido años en que esta cumbre, solo lo que hace es dilatar los acuerdos porque siempre ha primado los intereses corporativos antes que la búsqueda de soluciones reales a la problemática multidimensional que está generando el cambio climático.