Galipán, entre la arbitrariedad y la indignación

Impacto ambiental observado en Galipán, 2019
junio 11, 2019

Galipán entre la arbitrariedad y la indignación.

Por: Erick Camargo (Corresponsal OEP)

Para Observatorio de Ecología Política de Venezuela

Fotografías: Marlene Sifontes (INPARQUES)

 

Habíamos acordado visitar Galipán el día martes 04/06 para constatar las problemáticas que se viven en la región. Nos encontramos en Caracas y desde allí uno de los vecinos del pueblo nos subiría con su vehículo, cual si fuésemos turistas.

 

Impacto ambiental observado en Galipán, 2019

 

Ya desde la misma subida pudimos observar los efectos que el transporte de carga está haciendo en la carretera de la montaña. El pavimento muestra claras evidencias de desgaste y rupturas. Los vecinos te dicen siempre, “fíjate que aquí viene otro hueco causado por el peso de los camiones”. Les confieso que para mí igualmente fue una sorpresa que se atrevan a meter camiones por una vía de esas características, tan empinada y estrecha.

 

Al llegar al pueblo es difícil creer que se está a tan poco de Caracas, la apacibilidad del ambiente y el ver una comunidad rural tan bien conservada es de admirar. Allí nos recibió en su casa el señor Felipe Díaz y su familia, él es floricultor y ha vivido en Galipán toda su vida, al igual que su padre, abuelo y ancestros.

 

 

Reunidos en la casa, en dónde nos agasajaron con una sopa de lentejas, jugo y un cafecito. Luego de este invite inesperado,  nos dispusimos a revisar los diversos documentos que tiene archivados desde que empezaron las gestiones para la obra. Allí revisamos la providencia administrativa aprobatoria N° 207/5, 205°, 156° y 16°; así como una sentencia del Tribunal Superior Agrario de la circunscripción del Área Metropolitana de Caracas, Estados Miranda y Vargas. En esa revisión pudimos constatar varias omisiones que realizó el juez para dictar sentencia, así como los fallos y omisiones que se realizan en la providencia a muchas de las solicitudes y procesos legales necesarios para otorgar validez a la misma. Sin ser expertos en derecho, los propios vecinos se dan cuenta de forma rápida que hay irregularidades, se habló por supuesto de la necesidad de asistencia jurídica para la comunidad.

 

 

Los vecinos, mientras relataban su travesía legal y de lucha con el Estado y las empresas constructoras, hicieron énfasis en el amedrentamiento que han recibido por parte de funcionarios públicos, empleados de las empresas AlfaMaq y VENTEL.

 

Además estas empresas a través de sus representantes han amenazado con “lanzarles al FAES”, si no entregan sus tierras sin que estos reciban indemnización y reubicación. El señor Felipe Díaz fue enfático al decir “no queremos irnos a La Guaira o cualquier barrio dónde nos puedan lanzar, no queremos desarraigarnos de nuestra tierra, la tierra de nuestros padres, ni separar nuestras familias, ni alejarnos de nuestros vecinos”.

 

También afirmó “nos amenazaron con poner una carpa del FAES para que nos quedáramos callados”.

 

 

Luego de hablar en la casa, vimos el terreno usurpado al señor Felipe Díaz, observando los daños que recibió una de las parcelas en dónde sembrara, en la cual fueron talados árboles y destruidos cultivos. Allí se pretende construir una torre, incluso por sobre un ojo de agua desde dónde algunos vecinos obtienen agua de riego.

 

Desde este terreno se puede observar a lo lejos las torres por donde pasaba el viejo teleférico, ruta que había respetado al pueblo, a la cual hicieron énfasis todos los vecinos. Viendo esas torres a lo lejos y conversando con los lugareños, hacen mención al incendio ocurrido en 2015 que afectó más de 60 hectáreas, producto de malos manejos en las obras, al mover unas guayas, y que fue apagado por los mismos vecinos de Galipán, “porque los empleados de la empresa se fueron, el Estado ni apareció, nosotros tuvimos que apagar ese incendio que afectó la casa de un vecino”, afirmó el vecino Roberto Pérez. También entre murmullos se llegó a escuchar “queremos que reforesten toda ese sector”, “ni siquiera dieron la cara”.

 

Así se expresa la indignación de un pueblo que ve como poco a poco se va destruyendo este Parque Nacional, como pretenden destruir sus vidas y como se violan sus derechos fundamentales.

 

De bajada fuimos acompañados por Gabriel Thomas, vecino pero no propietario, quien por esa condición ha sido descalificado por los funcionarios del Estado y los empleados de las empresas. Orfebre, vende sus obras en un puesto situado en el parque Ávila Mágica. Nos comentó durante el descenso la situación de la señora que fue víctima de la empresa al ser las paredes de su casa quebradas por malos cálculos de ingeniería, como la empresa se lavó las manos ante la situación y se burló de su situación.

 

Impactos ambientales observados en Galipán 2019

 

Es claro lo que todos hablan, la impunidad y la burla de las empresas, la indignación y rabia por parte de los habitantes del pueblo, el desinterés por parte del Estado y la complicidad de las fuerzas de seguridad.

 

Antes de despedirnos todos nos decían lo mismo, “cuéntenle al país lo que estamos viviendo, necesitamos ayuda”.

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