La defensa de Caparo, el último relicto del sistema forestal Caparo-Ticoporo, y el rol de los medios

mayo 14, 2020

Por: Erick Camargo (Corresponsal OEP)

Para Observatorio de Ecología Política de Venezuela

Imagen Diana Liz Duque

En Venezuela uno de los conflictos ambientales más frecuente es el referido a la lucha por la tierra, que siempre se conecta con otras problemáticas de tipo ambiental y social, pues este es una expresión de la complejidad de los problemas y las desigualdades de la sociedad venezolana y su embarazosa relación con la naturaleza. Así en el contexto de una intensa lucha por tierra, nos hemos encontrado entre dos posiciones que se enfrentan en la defensa por la Estación Experimental de la ULA en la Reserva Forestal de Caparo, último remanente boscoso de dicha reserva.

Este 12 de abril apareció en el portal Punto de Corte, luego el 14 en Runrunes, una nota de prensa en la cual se tocaba el tema, pero de una forma distinta a como se venían reseñando los acontecimientos, que por cierto, tienen años, pero que han cobrado una marcada intensidad en los últimos tiempos. Esta nota, redactada por Juan Francisco García Escalona, natural del estado Apure, denuncia el acoso que según él han venido llevando a cabo la Universidad de los Andes (ULA) y el gobierno de Nicolás Maduro, contra los campesinos que se han venido asentando en los terrenos de la Estación Experimental que esta universidad regenta, en lo que queda de bosque de la Reserva Forestal Caparo.

En esta nota, hace referencia a la destrucción ambiental que allí opera, señalando como responsable al Gobierno nacional y esgrimiendo una tenaz defensa a grupos de campesinos que según García residen allí durante años y sus talas no afectan el equilibrio ambiental. Alega que la expulsión de estos campesinos de aquella región fue ilegal y lamenta la pérdida material de sus casas y cultivos, alegando el permiso del INTI. Levanta una serie de acusaciones sobre el uso de la madera talada, confundiendo la situación jurídica de la ULA en la reserva con una concesión de explotación, alegando además que su proyecto es un fraude, mientras relaciona esto con otros proyectos extractivistas desarrollados por el gobierno, incluyendo el “Arco Minero del Amazonas”. Termina por hacer un llamado de unión por la lucha ambiental.

El 21 por otro lado aparecería un artículo en Runrunes de réplica, publicada en Punto de Corte el 1° de mayo, por parte de los ingenieros forestales Elides Sulbarán y José “Coco” Guevara, Omar Carrero Araque, fundador de la Estación Experimental y la bióloga Diana Liz Duque, directora del Proyecto Mono Araña. En este artículo de réplica se exponen a profundidad la situación del parque, presentando pruebas y alegatos contundentes, además de, punto a punto, echar abajo  cada uno de los argumentos o afirmaciones que se hacen en el artículo anterior. El principal de estos el rol de la ULA como concesionario forestal, para explicar que allí en la Estación Experimental se realizan actividades científico-académicas y es el último reducto de protección de la reserva, en dónde no se realizan actividades forestales bajo consentimiento de la universidad, al contrario la misma se mantiene alerta y denunciando las acciones de estos grupos “campesinos” que dicen ser habitantes naturales.

Por otro lado para confirmar las aseveraciones del grupo académico en defensa de la ULA y su postura, podemos observar que este grupo invasor lleva años siendo denunciado, incluso con acciones en fiscalía, no sólo por parte de la universidad, sino también por consejos comunales, comunas y campesinos del municipio y las zonas aledañas, quienes aseguran que los invasores de la cooperativa “Embajadores de Cristo 777” no son de la zona y trabajan para intereses ajenos a las comunidades y a la reserva forestal. En medio de esta “guerra” de opiniones, se ha asegurado además que son estos “embajadores” quienes realizan las talas comerciales.

Podemos notar entonces cómo en esa lucha, que parece lejana, en los confines de los llanos occidentales, alejado de las ciudades, se lleva a cabo una batalla, la posible batalla final por los bosques occidentales, el último reducto que queda del sistema forestal Caparo-Ticoporo; se expresa en los medios periodísticos digitales, en sus distintas versiones, aunque la ciudad parezca absorta a lo que allí sucede. Las luchas por la tierra, los intereses por madera, por la defensa del ambiente, no sólo chocan violentamente en las regiones rurales, sino también tiene su expresión en las letras y artículos de prensa, algunos tan confusos como el primero que referimos en esta reseña, el cual parece un llamado a la defensa del ambiente, pero juega en favor de quienes buscan ocupar esa última frontera.

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