La inteligencia artificial y su huella hídrica

Inteligencia artificial y agua.Crédito imagen: Fuser News
abril 11, 2025

Recientemente, se hizo muy viral la edición de fotos con inteligencia artificial para convertirlas a un formato artístico parecido a las obras del estudio Ghibli; lo que derivó en un consumo de agua en apenas una semana de 216 millones de litros; calculándose que cada intento, fallido o exitoso, tiene un gasto de 5 litros. Esto, además de los debates y dilemas éticos referidos a los derechos de autor, el uso no autorizado de un estilo artístico creado por alguien que no está de acuerdo con esa tecnología; no invita a pensar sobre la viabilidad y sostenibilidad del uso masivo de las herramientas de inteligencia artificial.

Las inteligencias artificiales vienen a ser ahorita la tecnología más comentada, siendo parte de exageraciones, excesos de esperanzas, fatalismos, discursos apocalípticos, catastrofismos, y una miríada de comentarios que buscan afirmar conocer sobre el futuro y el presente de una tecnología que no todas las personas logramos comprender en su totalidad. Esto obliga a que el tema debe ser abordado con delicadeza y prudencia, sin caer en lugares comunes y tratando de ponderar los actuales y medibles, por ahora, efectos positivos y negativos.

De la novedad al impacto real

En lo que nos compete, nos preguntamos si el consumo de agua que está generando la masificación de su uso, en muchas ocasiones banal, es justificado. Vemos otro caso de externalización de costos, pues desde cualquier computadora el gasto fácil de energía y agua, sin medir sus consecuencias, sin asumir los costes de dichas acciones. Su gratuidad o costos de suscripción relativamente bajos, subvencionados con los permisos de acceso a nuestros datos privados; que no se sienten ni pesan para nuestra economía o se asume la conciencia de lo que conlleva, nos hace insensible al impacto de nuestras actividades, creyendo que son inocuas o de baja huella ambiental.

Algunas personas podrían argumentar que otras actividades económicas consumen más agua, y si es verdad, pero en la lucha por este elemento, en un contexto de mayor escasez y estrés hídrico, esos litros consumidos por los grandes centros de datos serán prioridad ante el consumo de las personas, que no podrán competir económicamente en el cada vez más mercantilizado servicio hidrológico. De allí que, antes de comentar más sobre un tema del que no domino a cabalidad, es importante preguntarse si es justo, ético, responsable y sustentable; que tengamos un acceso tan fácil a una herramienta tan costosa: pero especialmente que el uso que le demos sea banal y no una herramienta que facilite el trabajo o potencia las capacidades humanas limitadas, como se nos pretende vender.

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