La NOAA se quedará sin datos esenciales para la predicción de huracanes

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julio 5, 2025

Oficialmente, la temporada de huracanes en el océano Atlántico norte empieza el 1° de junio y termina el 30 de noviembre, siendo la principal franja de actividad entre agosto y octubre, de acuerdo a la información brindada por la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica, de Estados Unidos, NOAA por sus siglas en inglés. La misma agencia climática advirtió que este año se esperan entre 13 y 19 tormentas lo suficientemente grandes que lleven su propio nombre y que de estas unas 6 o 10 puedan convertirse en huracanes, de los cuales 3 a 5 podrían ser de gran intensidad; esta predicción coincide con los estudios de varias universidades.

Expertos y meteorólogos de esta agencia han expresado su preocupación porque los recortes presupuestarios aplicados a principios de año puedan afectar a la forma en que Estados Unidos enfrenta una gran tormenta. Se han despedido a más de 600 personas de la oficina y aseguran que ya no tienen personal suficiente para monitorear el pronóstico durante la noche, además de poner en riesgo la data a largo plazo para los modelos climáticos globales. Sin embargo, esto no es lo peor.

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¿Estocada final?

El 31 de julio el Departamento de Defensa dejará de compartir las imágenes y el acceso a datos satelitales a la NOAA, privándola de información fundamental para su trabajo. Inicialmente, esto sería este 30 de junio, pero el plazo fue prorrogado a solicitud de la NASA que también se está viendo afectada por la medida. De hecho, los informes climáticos que producen ambas agencias, se solían realizar con información y datos compartidos, de los que ahora van a carecer. La información que se planea restringir para la NASA y la NOAA proviene de un sensor de microondas conocido como ‘Special Sensor Microwave Imager Sounder (SSMIS), una herramienta que funciona como una radiografía en 3D de las tormentas. Allison Wing, investigadora de huracanes de la Universidad Estatal de Florida, dijo al diario The Guardian que los satélites DMSP son los únicos que permiten a los científicos ver el interior de las nubes de huracanes en desarrollo.

Los científicos de la NOAA afirman que el acceso a los datos satelitales son necesarios para una mejor predicción en la formación de los huracanes. Además, coincide con la discusión del nuevo proyecto de ley de presupuesto llamado “gran y hermoso proyecto de ley”, aprobado durante la tarde del 3 de julio en el cual se contempla un recorte adicional del 30% al presupuesto de la NOAA para el año 2026. 

¿Por qué un ataque tan duro a la NOAA?

Donald Trump y su camarilla política han demostrado en incontables ocasiones sus posturas negacionistas del cambio climático y la NOAA es una de las principales agencias científicas en publicar datos e informes que demuestran el cambio climático y advierten sobre sus consecuencias. De allí que, lógicamente, para la ideología del presidente de Estados Unidos, es una agencia y son científicos incómodos, que exponen su discurso, por lo tanto, desde el poder, puede tener una intención incluso personal para acabar con dicho organismo.

Pero la situación va más allá, pues el famoso Proyecto 2025, el cual se consideraba en muchos círculos como su futuro plan de gobierno y que hasta ahora ha venido cumpliéndose en muchas de las decisiones más polémicas, se encuentra un capítulo especial para esta institución científica. En el mismo se planteaba la destrucción de la agencia y la privatización de sus funciones básicas, para convertirla en una empresa que venda predicción del tiempo atmosférico a corto plazo, especialmente a canales o plataformas digitales. Actualmente, se evidencia un proceso de desmantelamiento de la agencia, que parece indicar que en este caso, como en otros, el Proyecto 2025 va a llevarse a cabo durante la administración, pese a las advertencias de científicos y expertos. Todo parece indicar que para este sector político, es mejor esconder e ignorar la verdad, que tener que enfrentarla; me recuerdan a otros gobernantes de un país un poco más al sur. 

Cabría preguntar, si llegan a dejar la producción del tiempo a corto plazo en manos privadas, estos tendrán acceso a los datos satelitales y toda la información acumulada por años, que está en riesgo de perderse. O estos privados tendrán que trabajar con muchos menos recursos, información y datos disponibles.