Por 18 días caminaron 55 indígenas Warao que huyeron de la crisis socio-política en Venezuela, recorriendo más de 723 km desde el estado Monagas hasta la frontera con Brasil en el estado Bolívar, atravesando zonas de minería ilegal, controlada por grupos irregulares y célebres por la enorme inseguridad que allí se vive. Llegaron a Brasil el 7 de enero, y luego de cruzar la frontera habrían sido detenidos por las fuerzas de seguridad del Estado de Brasil.
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Tal como se relata en El Estímulo de estos 55 indígenas, 32 eran niños y niñas, con ellos había también una mujer embarazada. La policía tenía la intención de deportarlos luego de que estos hubiesen cruzado la frontera, en cumplimiento de las leyes brasileras, al finalizar tan larga, riesgosa y extenuante marcha. Sin embargo, un juez federal, Felipe Bouzada Flores, quien pertenece a la Defensoría Pública de la Unión, al saber la inminente deportación intervino en favor de los Warao para evitarles el trago amargo de tener que dar marcha atrás.
El Juez argumentó que no se debía criminalizar a los inmigrantes con la deportación, siendo en este caso ilegal, al no poseer semejanzas con los casos previstos en la legislación brasilera. Así el juez sentenció la prohibición de la deportación masiva de inmigrantes venezolanos y además impuso una multa de $185.000 por indígena que fuese deportado, además de otras medidas entre las cuales se estipula el envío de una representación de la CIDH para investigar la violación de los derechos humanos de los inmigrantes y refugiados.
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Junto a los indígenas llegaron otras personas que los acompañaron en su larga travesía a píe, todas estas personas quedan amparadas por las decisiones judiciales, las cuales apuntan a prohibir la deportación de quienes llegan al Brasil buscando refugio a la grave crisis que vivimos en Venezuela. Según estimaciones más de 4.000 Waraos han abandonado el país, sus tierras ancestrales y modos de vida, huyendo del despojo, el hambre y la persecución. Ya ni sus modos de vida alternativos parecen ofrecerles seguridad en sus tierras, la cuales son cada vez más amenazadas por los avances del extractivismo en su forma legal e ilegal.
La organización Kapé Kapé reportó este 9 de enero que en apenas unas semanas de lo que va de 2021, más 300 indígenas waraos ya han emigrado a Brasil en lo que va del mes de enero por la agudización de la situación de precariedad en sus comunidades, esto según información aportada a la organización por Toedolinda Moraleda, casica warao de uno de los abrigos de Pacaraima en Brasil.