¿Qué hay detrás del ciclismo de montañas en las áreas protegidas de Venezuela?

Imagen de Portada Ciclista en el Ávila. Foto: Marlene Sifontes/ Sune-Inparques. Publicada en Contrapunto

El Parque Nacional Waraira Repano, mejor conocido como El Ávila, se encuentra bajo amenaza por los intereses particulares de un grupo de ciclistas que violando las leyes, se dedican a realizar carreras y descensos por las vías de senderistas o por las que ellos mismos abren deforestando la montaña. No solo es una actividad ilegal sino que degrada el ambiente, pero también se han recibido quejas en redes sociales por parte de los senderistas quienes se sienten agraviados por la actitud de estos personajes, que como quien viaja por una autopista, van a toda velocidad y atropellando a todo aquel que se encuentren en el camino, en muchas ocasiones insultando y ofendiendo a quienes, en su tradicional paseo por la montaña, “se les interponen en el camino”.

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No es ciclismo común

Estos ciclistas sin embargo no son cualquier ciclista, no forman parte de las agrupaciones deportivas que hacen vida en Caracas, no son parte del ciclista urbano promedio, aquel individuo que sale con su bicicleta a movilizarse por la ciudad, hacer deporte o entretenerse. No tienen bicicletas comunes. Detrás de estos, detrás de sus carreras comerciales organizadas ilegalmente, pero con permiso estatal, en el Parque Nacional, hay intereses obscuros, empresarios vinculados a la tienda Scott Venezuela, ubicada en Las Mercedes; propiedad del dueño de Enduro Series Venezuela y de Pedal Power, Sergio Martínez. Otros socios de estas empresas son el prófugo de la justicia, vinculados a corrupción y desfalco, Francisco Blasini quien también tiene en propiedad varias empresas; el militar y contratista del Estado teniente coronel Juan Alberto Guerrero Martín. Tal como ha sido señalado en el completo y detallado reportaje del portal RunRun.es.

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Vecinos de Altamira han informado como han visto los ciclistas subir a la montaña, por decenas, con bicicletas eléctricas Santa Cruz, las cuales ascienden a costos de más de $3.000 o $4.000 por unidad, incluso algunos modelos llegan a los $12.000. Los que suben y practican este tipo de ciclismo son personas con mucho dinero, capaces de costearse estas bicicletas; que curiosamente son vendidas y distribuidas por las empresas Pedal Power, Scott Venezuela, Ultrabikex y otras relacionadas. No son deportistas ciclistas, son personas que utilizan máquinas para buscar aventuras; que suben en grandes camionetas de modelos recientes y acompañados de escoltas. Durante las tardes estacionan sus camionetas frente al Parque La Mansión de La Castellana. Ciclistas deportistas y ciclistas de delivery han denunciado su temor a ser atropellados por dichas camionetas.

Bicicleta valorada en $7699

Cerro El Volcán y parque La Fila también amenazados

Los visitantes del cerro El Volcán en El Hatillo han informado sobre la misma situación, ciclistas que no toman consideración con los senderistas, equipados por bicicletas eléctricas y acompañados de escoltas. Vecinos se han quejado de la actitud de estos ciclistas, que además de emplear personal para ampliar las trochas, deforestar la montaña; también han amenazado a los visitantes con frases como “provoca lanzar unos tiros para que no vengan más”, como ha denunciado una visitante que estaba junto a sus hijos en el parque cuando fue amenazada por dos de estos ciclistas.

Igualmente se han denunciado las mismas actividades y actitudes en el Parque La Fila en San Luis, El Cafetal; donde se abren caminos y tumban árboles, desarraigan incluso, para abrir y ensanchar trochas para la realización de carreras y piques entre ciclistas.

Es una situación que llama a reflexionar y evitar concentrar el problema como una pugna entre ciclistas, vecinos y ambientalistas; pues el ciclismo deportivo, el ciclismo urbano, no están involucrados. Es un grupo de personas, con acceso a grandes recursos financieros para adquirir bicicletas muchas de ellas eléctricas, con las cuales realizan actividades de riesgo y aventura; en lugares prohibidos, vinculados a empresarios de dudosa integridad y ética, con antecedentes penales y lazos con la corrupción nacional. Personas que pretenden doblegar las leyes a sus intereses, amparados en su poder económico, sin ninguna consideración al ambiente y al resto de la ciudadanía que hacen vida en los distintos parques de la ciudad de Caracas.