El Parque Sierra Nevada sigue bajo amenaza, nada han hecho las autoridades para revertir la política de degradación que se vive actualmente en uno de los más espectaculares paisajes y biomas del país, que como muchos otros es único y cuenta con especies endémicas. Detrás de esta situación están siempre los mismos actores, autoridades indolentes y empresarios avariciosos, que no les importa avasallar y destruir la naturaleza y privar al resto del país de espacios únicos.
Otra vez el uso del teleférico está involucrado con un caso de degradación ambiental en un Parque Nacional, bajo las narices de autoridades que miran para otro lado, o directamente consienten las operaciones, como también sucede en el Parque Nacional Waraira Repano, conocido como El Ávila. Desde su renovación, sin el correcto estudio de impacto ambiental, lo que ya comporta una primera irregularidad, como lo establece nuestro marco legal desde la propia Constitución; el Teleférico de Mérida, conocido como sistema Teleférico Mukumbarí, ha promovido una serie de actividades para rentabilizar el parque, entre las cuales se encuentran la realización de obras de infraestructura ilegales, sin estudios de impacto ambiental o que, aún siendo legales, generan un daño al espacio protegido.
Se observa la celebración de fiestas y madrugonazos en el Parque, tal como sucede también en el Hotel Humboldt del Ávila. Esto ha motivado a la empresa VENTEL, la misma que en Galipán acosó y amenazó a los habitantes y agricultores, para la construcción de la nueva ruta del teleférico; a construir nuevos espacios junto a sus estaciones en el sistema Mukumbarí, a fin de ofrecer mejores “servicios” para estas actividades no propias del turismo de montaña. Las denuncias por contaminación de aguas servidas, vertederos de basuras y escombros son constantes y han estado desde el principio de las obras de remodelación, demostrando que la empresa poco o nada le importa el impacto que sus actividades tienen sobre el parque y las zonas aledañas a las estaciones, que cada vez se observan más degradadas, como denuncian los propios guardaparques.
Ver También: Galipán, entre la arbitrariedad y la indignación.
Si a esto sumamos las denuncias sobre la falta de pago que hace la empresa a INPARQUES en el 10% legal exigido por los ingresos en la boletería del teleférico, así como las irregularidades encontradas por la Contraloría General de la República sobre las cuentas de la empresa, hacen que todo lo que rodea a VENTEL y sus operaciones sean cuestionadas en su fondo y sus formas. Lo que podemos ahondar en el reportaje seguido por RunRunes al negocio multimillonario que se ha hecho con esta obra.
Las normas mandan que toda actividad que VENTEL o los particulares desarrollen en el Parque Nacional Sierra Nevada, debe ser autorizada por INPARQUES. Sin embargo, como lo señalan miembros del Sindicato Unido de Trabajadores de INPARQUES (SUNEP-INPARQUES), que “el gerente del Teleférico impide personal del instituto el acceso al área de las estaciones y sus alrededores en ejercicio de la guardería ambiental porque, de manera ilegal, construyen instalaciones y autoriza actividades contrarias a la protección del área, usurpando funciones, con el agravante de someter a los guardaparques a acoso”.
Además, para sumar a la serie de irregularidades, VENTEL anunció el acceso de mascotas al Parque Nacional a través del sistema teleférico Mukumbarí, promoviendo así la captación de nuevos usuarios informando que poseer una mascota no es un impedimento para acceder. Trabajadores de INPARQUES advierten el riesgo sobre esta situación, alegando que tradicionalmente se conoce la incompatibilidad del ingreso de mascotas al Parque Nacional por la posibilidad de fuga o de liberación de estos animales en los ámbitos naturales y por los perjuicios que ocasionan a la fauna silvestre, ya sea por depredación o por contagio de potenciales enfermedades.
Afirman que INPARQUES ha mantenido como política, limitar el acceso de mascotas a las áreas silvestres, acción que han desarrollado sus trabajadores. Denuncian, además, desde SUNPE-INPARQUES, que actualmente VENTEL C.A, sin autorización ni evaluación de impacto ambiental, rompe con esta práctica de carácter preventivo, invitando a visitar el Parque Nacional Sierra Nevada con animales de compañía, cuyo acceso es cobrado con una tarifa adicional a la del visitante.
También denuncia el sindicato que la empresa impide que los guardaparques aborden a los visitantes que acuden con mascotas, para instruirlos sobre los cuidados que deben tener al acceder al Parque Nacional con sus animales de compañía.
Así vimos los primeros días de diciembre la acción del Fiscal General de la República promover una investigación sobre estas denuncias, especialmente sobre las construcciones en la cima de los picos. Ante esta situación, reaccionó el Ministro de Ecosocialismo, en una publicación del PSUV y de VTV indicando que no había «ecocidio», pero la denuncia se dió sobre las irregularidades ya mencionadas, no sobre el término “ecocidio” que nuestras leyes aún no recogen como delito o hecho punible. De esta forma el ministro esquiva la atención y demerita una denuncia legítima, utilizando términos no jurídicos sino coloquiales, para así justificar las acciones antiecológicas que su ministerio está permitiendo.
Esto motivaría a una campaña de recolección de firmas digital iniciada el 9 de diciembre con un comunicado elaborado por varias organizaciones desde el 6 de ese mes, la cual sigue activa y a la que aspiramos sigan sumándose personas para conocer la problemática del Parque Nacional Sierra Nevada y se unan en su defensa contra la voracidad extractivista, la cual pretende mercantilizar toda la vida y espacios naturales que encuentra a su paso.
Esperamos que está denuncia sea recogida por las autoridades competentes y se apliquen las medidas justas y necesarias para contrarrestar
El impacto de los hechos que aquí se denuncian