La sed de hidrocarburos, un problema global y nacional

Crédito: Energy Management Magazine

La crisis climática es evidente y palpable, por tanto, es ya imposible de negar sin caer en la irracionalidad. Aunque algunos quieran enfocar ahora sus negaciones a las causas de la misma, como es la emisión y acumulación atmosférica de los gases de efecto invernadero, lo que es un hecho científico, que carece por ahora de evidencias que lo nieguen. Tanto la NASA, como otros centros científicos y de investigación del calibre del IPCC, la NOAA, el Centro Copérnico o Berkeley Earth, poseen abundante material de para estudiar las consecuencias de seguir emitiendo estos componentes a la atmosfera, producto principalmente de la quema de hidrocarburos.

Ver También: Reportes climáticos de distintas agencias advierten aumento preocupante de las temperaturas del planeta.

De acuerdo a datos de Bloomberg International, el consumo de hidrocarburos ha venido en un claro aumento, alcanzando una media mundial de 100,8 barriles de petróleo al año; Esto ya también generó alarma en la NASA, publicando la advertencia en su informe de principios de año, con suma preocupación sobre los efectos en el aceleramiento de la crisis climática. De hecho, de acuerdo al informe del IPCC, esto explica por qué en 2010 se esperaba superar el umbral de subida de 1,5° centígrados de la temperatura global; ahora será a finales de la década corriente. Igualmente, la Agencia Científica Copérnico, de la Unión Europea, cuenta con un modelo de proyección, en el cual se observa como el efecto acumulativo de estos gases incide en la aceleración de la tasa de subida de temperatura. Es decir, a mayor consumo y quema de combustibles fósiles, mayores emisiones, a mayores emisiones, mayor acumulación de gases en la atmosfera, lo que incide en una tasa de aumento de la temperatura mayor y cada vez menos tiempo para superar los umbrales críticos para la humanidad y el resto de las formas de vida en el planeta.

Global temperature trend monitor. Fuente: Agencia Científica Copérnico

Ver También: El último informe del IPCC: necesitamos acción y justicia climática ya

Pareciese que estamos en una carrera, donde es urgente tomar medidas para evitar la catástrofe, pero parece que al contrario, la demanda aumenta, como si no pudiésemos racionalizar el problema. Hacemos todo lo contrario, en lugar de solucionar el problema, cada mes, cada año, nos concentramos y enfocamos los esfuerzos en agravarlo. De acuerdo con el informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el uso de vehículos de combustión interna ha venido en aumento, pese al auge de los de motor eléctrico. Este informe además advierte un aumento entre el 3% y el 4% en el consumo de petróleo en los próximos cinco años, sin indicios de que el consumo caiga; a la vez que los gobiernos siguen invirtiendo en la producción de hidrocarburos.

Fuente: Bloomberg International

¿Qué sucederá en 2030 cuando la temperatura supere el primer umbral crítico? ¿Será que debemos empezar a sentir la catástrofe para empezar a realizar los cambios necesarios? ¿Cómo se financiarán las soluciones que atiendan las urgencias que se irán desatando con estos aumentos de temperatura? Existe incluso el peligro de que los populismos y autoritarismos tengan un marcado ascenso cuando la situación de los países más afectados presione a las instituciones y la clase política, que no podrá ofrecer solución alguna a un problema estructural; e incluso en los países del norte global cuando la presión migratoria y económica les afecte de forma indirecta.

Aunque el informe de la AIE considera que los gobiernos siguen apuntando a lograr las emisiones cero para 2050, fecha en que seguro se alcanzará el umbral de los 2° centígrados, lo que será bastante negativo para las formas de vida del planeta; no se ve que ninguna decisión política esté orientada a ello. No se acercan ni siquiera a cumplir las metas establecidas para el 2020 y como indicó la NASA a principios de año, las emisiones siguen en aumento. Consideran que el repunte de las energías fósiles es de carácter coyuntural, pero los efectos no lo serán, como se puede ver en las acumulaciones crecientes de gases de efecto invernadero en la atmosfera.

Ver También: ¿Fracasó la agenda 2030?

Venezuela en el contexto global

En este contexto podemos ver como en Venezuela aumentan los proyectos para inversión en la explotación de hidrocarburos, en un país con una industria petrolera absolutamente deprimida. Ya se había analizado las primeras conversaciones sobre la posible explotación del gas de mechurrios en el oriente del país, proyecto que aún sigue en negociación con países de la Unión Europea. Pero cada semana vemos nuevas noticias sobre negociaciones con el gobierno de Estados Unidos y el de Venezuela sobre la posibilidad de ampliar las inversiones en explotación petrolera, para abastecer al mercado mermado por el conflicto armado entre Rusia y Ucrania y las sanciones derivadas del mismo contra Moscú.

Ver También: Venezuela anuncia planes de explotación y exportación de gas natural a Europa.

Así vemos también como otros países buscan aumentar sus proyectos de explotación, lo que relaja un poco la política hacia el gobierno de Maduro y parece frenar la hostilidad internacional, en el contexto de una arremetida de violaciones a los Derechos Humanos en el país. Parece que la “coyuntura” energética internacional también forma un problema local, al ofrecer oportunidad de financiamiento al gobierno nacional, que seguirá en su expansión extractivista y afirmando su autoritarismo, mientras se relajan las presiones políticas en su contra. 

 

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Erick Camargo

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