El reporte de BioScience : »un planeta al borde del abismo»

diciembre 15, 2025

La revista científica BioScience perteneciente al ecosistema de publicaciones académicas de la universidad de Oxford, conocido como Oxford Academy ha publicado un alarmante reporte al que han titulado “Un planeta en el borde del abismo”.  El trabajo realizado por un equipo de 13 científicos de distintas disciplinas de las ciencias naturales y de varios países; expone los resultados de las mediciones de varios indicadores climáticos y ambientales que indican que la situación climática está sumamente deteriorada y urge tomar medidas al respecto. “Los signos vitales del planeta parpadean en rojo”. Afirman en el trabajo que los indicadores se basan en el trabajo por otro equipo de científicos que, además, recibió el respaldo de 153 firmas de expertos científicos en diversas materias;publicado por William J. Ripple.

Entre los signos vitales reseñados por el informe, podemos hablar de las temperaturas globales, en este recuerdan como 2024 fue un año que batió récords en temperaturas superficiales, oceánicas y del hielo marino; siendo consistente con la aceleración del calentamiento debido a una gran retroalimentación de las nubes y la disminución de las emisiones de aerosoles. Señalan que, en 2023, la absorción de dióxido de carbono por la tierra cayó drásticamente respecto de los promedios históricos, probablemente impulsada por El Niño y los intensos incendios forestales. Esto se observa en el aumento de las concentraciones atmosféricas de dióxido de carbono, a pesar de solamente modestos aumentos en las emisiones de combustibles fósiles. Afirman que de los 31 signos vitales que constantemente monitorean, 22 están en niveles récord negativos y muchos muestran tendencias alarmantes.

Indicadores prensentados en el reporte de BioScience

 Empresa Humana

En la sección titulada Empresa Humana, señalan el impacto del aumento de la población humana, pero también de la población de rumiantes y el consumo per cápita de carne que está en sus máximos históricos.  Las emisiones de metano del ganado rumiante representan aproximadamente la mitad de todas las emisiones agrícolas de gases de efecto invernadero. El tamaño de la población humana y de rumiantes está aumentando en aproximadamente 1,3 millones y 0,5 millones de individuos por semana, respectivamente. Advierte que pese a la celebración del crecimiento como señal de progreso, la continua expansión económica sigue estando acompañada en gran medida de un mayor consumo de recursos, degradación ecológica y mayores emisiones de gases de efecto invernadero.

El informe señala en esta sección que dos tercios del calentamiento desde 1990 han sido atribuibles al 10% más rico debido a estilos de vida de alto consumo, alto uso de combustibles fósiles per cápita e inversiones. Afirmando a la vez que la humanidad vive en un estado de exceso ecológico, consumiendo elementos de la naturaleza a una velocidad mayor de lo que estos se pueden reponer. Además, puntualizan que consumo excesivo de recursos críticos y las consecuencias en términos de sufrimiento también están distribuidos de manera desigual en todo el mundo.

 Ver también: COP30: otro saludo a la bandera

Energía

 En la sección energía señalan que el consumo de combustibles fósiles para generar energía eléctrica aumentó un 1,5 % en 2024 con respecto a 2023. (Y esto a pesar de las COP y las medidas que supuestamente toman los gobiernos, así como las acusaciones que las derechas suelen realizar contra las tímidas medidas gubernamentales que reclaman como radicales). Señalan además que el consumo de petróleo, carbón y gas natural alcanzaron su máximo histórico en 2024 (y posiblemente lo vuelvan hacer este 2025). El consumo de energía solar y eólica en conjunto también alcanzó un máximo histórico en 2024, aumentando un 16,4%; sin embargo, el consumo de energía de combustibles fósiles fue aproximadamente 31 veces mayor que el consumo de energía solar y eólica.

Destacan que este aumento del consumo de combustibles fósiles tendría como consecuencia (esperable), un aumento de las emisiones en 2024 en 1,3%, alcanzando un máximo histórico de 40,8 gigatoneladas de dióxido de carbono equivalente. En 2024, los mayores emisores de gases de efecto invernadero de combustibles fósiles fueron China (30,7% del total), Estados Unidos (12,5%), India (8,0%), la Unión Europea (6,1%) y Rusia (5,5%); juntos, representaron el 62,8% de las emisiones globales. Advierten que existe la posibilidad que este aumento del consumo de combustibles fósiles para generar energía esté relacionado con el aumento de las temperaturas (uso de aire acondicionado y refrigeración).

 Ver también: La factura oculta: cuando el ambiente paga por nuestro consumo

Bosques e incendios forestales

En esta sección nos señalan que la pérdida mundial de cobertura arbórea fue de 29,6 megahectáreas en 2024, la segunda medición más alta jamás registradas. Afirman que gran parte de este fenómeno se ha debido al incremento de los incendios forestales, que llegaron a niveles récord debido al cambio climático y el fenómeno de El Niño. El total de pérdidas relacionadas directamente con incendios fue de  3,2 megahectáreas, en comparación con solo 0,69 Mha en 2023, un aumento equivalente al 370%. Afirman que además de los importantes impactos sobre la biodiversidad y los servicios ecosistémicos, la pérdida de bosque primario solo en 2024 resultó en aproximadamente 3,1 gigatoneladas de CO2eq emisiones de gases de efecto invernadero, que representan aproximadamente el 8% del total de emisiones antropogénicas de 2024.

Indican que las perspectivas para este 2025 no serán las mejores cuando se tengan las mediciones, pues este año también se produjeron incendios forestales masivos y que en la Unión Europea, durante este mes de agosto, se superaron el millón de hectáreas arrasadas por los fuegos.

Ver también: El debate por los incendios forestales en España

La noticia buena que dan es el registro en la reducción de la deforestación de la Amazonía, cayendo aproximadamente un 30%, alcanzando su nivel más bajo en 9 años, con 0,63 millones de hectáreas despejadas al 31 de julio de 2024 en comparación con 0,90 millones de hectáreas al 31 de julio de 2023. La disminución se atribuye al fortalecimiento de la aplicación de la ley ambiental bajo la administración del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que ha priorizado los esfuerzos de conservación (que parecen haber saltado para acondicionar los espacios de la reunión de la COP con la construcción de la autopista y las edificaciones que albergaron el evento). Afirman que Amazonia sigue enfrentándose a amenazas derivadas del cambio climático y las actividades humanas, lo que subraya la necesidad de realizar esfuerzos sostenidos de conservación para aumentar su resiliencia.

Portada de la revista BioScience

Gases de efecto invernadero y temperatura globales

Aquí nos señalan que el balance energético del planeta es un buen predictor del calentamiento global. Esto es la diferencia de la energía absorbida por el planeta y la que irradiamos de regreso al espacio. Este desequilibrio está aumentando considerablemente, afirman, debido a la disminución de la reflectividad de la Tierra, que está cerca de los mínimos históricos. Explican que esta disminución del albedo (reflectividad) se debe, a su vez, a una retroalimentación de las nubes excepcionalmente fuerte. Indican que las características de las nubes están cambiando debido tanto al aumento de las temperaturas como a la disminución de las emisiones de aerosoles como el dióxido de azufre, que afectan el brillo y la formación de las nubes; así como estos factores pueden haber contribuido en gran medida a la reciente aceleración del calentamiento.

Océanos y hielo

Aquí señalan que los niveles de las masas de hielo de Groenlandia y la Antártida están en mínimos históricos este 2025; así como el resultado de investigaciones recientes muestran que las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida occidental pueden haber pasado ya puntos de inflexión críticos debido a los niveles actuales de calentamiento global. Alertan que las tasas de pérdida de hielo se han cuadriplicado desde la década de 1990, es probable que estos cambios comprometan al planeta a aumentar varios metros el nivel del mar, incluso sin emisiones adicionales (cosa que sabemos no sucederá aún, pues no se han tomado las medidas políticas necesarias). Afirman que el calentamiento actual, sin tomar en cuenta lo que sumará en los años siguientes, parece suficiente para desencadenar este aumento a largo plazo en la pérdida de hielo, así como la tasa de aumento del nivel del mar se ha duplicado en las últimas tres décadas.

Otro indicador alarmante es el aumento del contenido de calor del océano, que alcanzó niveles récord. Señalan que esto seguramente contribuyó al evento de blanqueamiento de corales en curso, que afectó aproximadamente al 84% del área de arrecifes de coral del mundo entre el 1 de enero de 2023 y el 31 de mayo de 2025, lo que lo convierte en el incidente de blanqueamiento más extenso registrado en la historia. El informe también reseña que el pH del océano alcanzó un mínimo histórico, lo que indica la acidez más alta registrada y nueva evidencia sugiere que el límite planetario global para la acidificación de los océanos puede haberse cruzado en 2020. Advierten que la acidificación de los océanos plantea una grave amenaza para los clasificadores marinos, incluidos algunos corales y el fitoplancton, estos son la base de las redes alimentarias oceánicas.

 Ver también:  Arrecifes de Coral: análisis del primer ‘punto de inflexión’ climático global (según el Informe GTP)

Impactos climáticos y condiciones climáticas extremas

En esta sección señalan que cada décima parte adicional de grado de calentamiento global conduce a un aumento desproporcionadamente mayor de desastres relacionados con condiciones climáticas extremas y a que muchas personas más enfrenten un estrés térmico intolerable. Afirman también que el año pasado se produjo un aumento de desastres devastadores relacionados con el clima en todo el mundo (los venezolanos hemos experimentado esto cada año en el último lustro).

El informe indica que la tendencia de los meandros estacionarios en la corriente en chorro de verano que favorecen patrones climáticos persistentes que pueden producir extremos como grandes inundaciones y domos de calor casi se ha triplicado desde la década de 1950, lo que implica un impacto adicional en el clima extremo que actualmente no está bien añadido en los datos de los modelos climáticos. Afirman, además, que los extremos hídricos prolongados e intensificados, probablemente impulsados principalmente por el aumento de las temperaturas globales, subrayan el creciente latigazo hidroclimático, es decir, las oscilaciones extremas entre condiciones húmedas y secas.

Añaden que, aunque todos los fenómenos climáticos y meteorológicos extremos tienen múltiples factores físicos, estos desastres son parte de un patrón más amplio de aumento del riesgo impulsado por el calentamiento del planeta. Cierran esta sección recordando que las comunidades vulnerables, especialmente en los países de bajos ingresos, suelen ser las más afectadas, con impactos duraderos en la seguridad alimentaria, la disponibilidad y calidad del agua, la infraestructura construida y la salud pública. Además, agregan que el creciente número de desastres relacionados con el clima es un duro recordatorio de la urgente necesidad de realizar esfuerzos tanto de mitigación como de adaptación al cambio climático.

Riesgos

La otra mitad del informe se concentra en detallar los distintos riesgos que implican estos indicadores, que por espacio resumiremos. Destacan cuatro amenazas particularmente urgentes como ejemplos: los riesgos para la fauna silvestre del planeta, el posible colapso de la corriente meridional del Atlántico, los riesgos para los recursos hídricos y el riesgo de cruzar puntos de inflexión climáticos que podrían empujar al planeta hacia una trayectoria desastrosa que es conocía como la hothouse (dejo un video divulgativo sobre ese fenómeno). Básicamente, el escenario hothouse es la destrucción de todos los mecanismos de autorregulación climática de la Tierra, entrando el planeta en un bucle de efecto invernadero que hará más caliente el planeta cada vez, muy similar a las condiciones de Venus, esto una explicación muy superficial que les dejo.

Afirman en el informe que como parte de una policrisis más amplia, cada uno de estos riesgos se ve amplificado por ciclos de retroalimentación y vulnerabilidades sistémicas que podrían tener consecuencias a largo plazo para la salud humana y planetaria.

 Ver también: Algunas consideraciones en torno al negacionismo climático

Estrategias de mitigación

Esta sección la empiezan afirmando que seguramente los costos que implican los planes de mitigación, serán menores que el sufrir año a año los efectos producidos por el propio cambio climático (sobre todo si se incluye el posible colapso de las condiciones que sostienen nuestra propia vida en el planeta). Al parecer es la única forma de llamar la atención a ese pequeño porcentaje de personas que nos arrastran a este desastre por sus beneficios económicos, porque eso de hablarles del colapso de la existencia de la especie, no es tan importante como el que tengan que pagar porque se les dañe la mansión de la playa.

Afirman en el informe que los cambios transformadores son esenciales, incluida la gobernanza a nivel nacional e internacional, la transformación de nuestros sistemas de producción, la reducción del consumo excesivo, especialmente entre los más ricos, al tiempo que se adoptan modelos económicos ecológicos y de posdesarrollo que promueven la equidad social y el respeto de límites planetarios seguros y justos. Luego desarrollan estas posibilidades agrupadas en 7 áreas temáticas, que, si es del interés de los lectores, podríamos desarrollarlas en otra entrega.

Conclusiones

El informe concluye que la aceleración de la crisis climática es ahora un importante impulsor de la inestabilidad global. El clima extremo está causando impactos generalizados y pérdida directa de vidas, al tiempo que impulsa la escasez de recursos, el desplazamiento y los disturbios civiles. Estos desafíos se ven agravados aún más por el debilitamiento de la cooperación internacional y las reducciones de la ayuda exterior. Estas presiones convergentes están poniendo a prueba a los gobiernos nacionales, las instituciones multilaterales y las comunidades de todo el mundo. Se necesita urgentemente una estrategia que incorpore la resiliencia climática en los marcos de defensa nacional y política exterior. Sin ella, los riesgos en cascada pueden abrumar los sistemas de paz, gobernanza y salud pública y ecosistémica.

Señalan que el cambio climático es una amenaza para los ecosistemas y la salud humana, pero también es fundamentalmente una cuestión de justicia social. Estamos dañando desproporcionadamente a los vulnerables y marginados, quienes tienen menor responsabilidad de la crisis. Mientras enfrentamos el aumento del nivel del mar, la quema de bosques y las comunidades desestabilizadas, debemos seguir guiados por un compromiso con la justicia, la dignidad y el bien común. El futuro aún se está escribiendo. A través de decisiones en materia de políticas, inversiones, educación y cuidado mutuo y de la Tierra, aún podemos crear un punto de inflexión. Comienza abrazando nuestra humanidad compartida y reconociendo la profunda interconexión de toda la vida en el planeta.