El Parque Municipal La Churca, situado en Guatire y ligado al Parque Nacional El Ávila, es un ecosistema de gran valor ecológico, cultural e histórico que enfrenta amenazas por prácticas turísticas depredadoras, gestión inadecuada de residuos y expansión urbana. La contaminación y la falta de infraestructura impactan su biodiversidad y recursos hídricos, aunque recientes jornadas de saneamiento lograron recolectar 1,800 kilos de basura, demostrando el compromiso comunitario y de diferentes organizaciones. Se destaca la necesidad de políticas públicas y educación para proteger el parque y respetar los derechos de la naturaleza.
El parque nacional el Ávila, también conocido como Waraira Repano limita entre el mar Caribe, los valles de Caracas, Guarenas, Guatire y Barlovento. En los valles de Guatire, limitando con el Ávila, encontramos el Parque Municipal la Churca albergando una variedad de cascadas como la Llovizna, el Cañón, el Paraíso, Manuel Ángel que tradicionalmente se le conoce como Cascada La Laguna, entre muchas otras. De esta manera, el parque se ubica dentro de una gran cuenca cerrada con tres ríos principales conocidos como Guarenas, Guatire, y Pacairigua que desembocan en el río Caucagua, que cae en la cuenca Tuy.
Los datos referidos al parque La Churca con sus detalles limítrofes, se encuentran en la Resolución Número 1923 del Ministerio de Desarrollo Urbano, en la cual se aprobó el Plan de ordenación urbanística de Ciudad Fajardo. El 3 de abril de 1990, en sesión ordinaria del Concejo Municipal de Zamora, se designa al sector La Churca jurisdicción de la parroquia Guatire como Parque Recreacional, con una superficie quebrada aproximadamente 200 hectáreas, y el 27 de marzo de 1995 se publica en la Gaceta extraordinaria bajo el número 4878.
El Parque Municipal La Churca en Guatire tiene gran valor por sus ecosistemas, sus fuentes hídricas, su biodiversidad y su historia; sin embargo, con el crecimiento de las dos ciudades Guarenas y Guatire y las mismas dinámicas sociales tanto locales como aledañas, el parque se ha visto vulnerable por prácticas de un turismo depredador o de explotación, poblaciones segregadas al límite del parque, entre otros problemas, que han traído déficit ecológico, pérdida y deterioro del hábitat.
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Residuos urbanos, contaminación sónica en el Parque Municipal La Churca
Este parque consta de tres grandes zonas con afluencia de visitantes. La parte baja culmina con el pozo La Churca, la parte media con el pozo las Madamas, y la parte alta con las cascadas Paraíso, el Cañón y Manuel Ángel. Cada senderismo presenta dificultades de tránsito, debido a pendientes y desniveles, presencia de obstáculos naturales, distancia y duración de las rutas, entre otras.
Podemos manifestar que la gran concentración de sus visitantes se registra en la zona baja y con ellos gran porcentaje de residuos urbanos se depositan en el cuerpo de agua y las áreas verdes, notándose tres problemáticas.
Gestión de residuos, el parque no cuenta con depósitos, contenedores de basura, personal de mantenimiento y plan de evacuación de los mismos. Afectando la limpieza y la ecología.
Participación ciudadana y educación ambiental, los visitantes, operadoras turísticas y excursionistas carecen de prácticas de sensibilización y programas educativos.
Políticas públicas e institucionales. Debilidades de gestión, control y normativas del parque.
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Un domingo normal en el parque en la zona baja puede recibir más de 200 visitantes todo el día, quienes hacen fogatas, algunos traen cornetas a todo volumen que estacionan en los reservorios hídricos como viene sucediendo actualmente en el pozo La Churca.
Iniciativas de saneamiento del Parque Municipal la Churca
Unos de los nuevos carteles en el parque dice el río es vida, con esa afirmación grupos de senderistas y ambientalistas como Guayare.eco, Peka Aventuras, Aventura Todo Terreno, Tribu Sima, Ecosenderos, Edward Aventuras, quienes por iniciativa propia y consciente de las problemáticas que persisten en el Parque Municipal la Churca, se dieron la tarea de convocar el de 24 de junio del 2024 la primera jornada de saneamiento en el parque, con la participación de 60 personas, recolectando así, más de 500 kilos de basura, cubriéndose las tres áreas del parque, baja, media y alta, y albergando una gran cantidad de desechos en la zona baja del parque, según lo señalado por Luis Lara de Guayare.eco.
Este año y en el marco del día mundial del reciclaje, se convocó el domingo 18 de mayo del presente año, la segunda jornada de saneamiento en el parque, esta vez contó con un comité organizador, Guayare.eco, Peka Aventura, Ecopolis, CEMAG, Guatireños de Pura Cepa, con la colaboración de bomberos forestales, Inparques, Alcaldía Zamora (Turismo y ambiente)
En esta oportunidad se incorporaron gran cantidad de colaboradores para la jornada, como fueron los Galinderos de Caracas, los 5 Picos, Observatorio de Ecología Política de Venezuela, Saltamontes de Caracas, Locos por la Montaña, Aventura Todo Terreno, Unexpo Guarenas, UPA Fruto Vivas y Syndetur, dentro de los donativos de insumos Aceros Service y Café Naiguatá y un gran número de asistentes quienes sintieron el llamado a la actividad.
En esta ocasión la convocatoria contó con mayor participación que el año pasado, y un despliegue amplio de recolectores de limpieza en las tres áreas del parque (baja, media y alta) se recabó más de 50 bolsas con un aproximado de 1.800 kilos de basura y 200 kilos de botellas de vidrio, según lo señaló por Milanoski Morales del CEMAG. Asimismo, se realizaron tres charlas durante la actividad, una de primeros auxilios por parte de Guayare.eco, Mitos y leyendas del Pozo la Churca y el río Pacairigua por parte del Cemag y cuencas hídricas y turismo sostenible por Syndetur.
Justicia ambiental y el respeto a los derechos de la naturaleza
Desde la ecología social y la ecopolítica concebimos la justicia ambiental y el respeto de los derechos de la naturaleza como una relación simbiótica, ambas buscan un equilibrio viable entre la actividad humana y el planeta. Los ecosistemas, los animales y el planeta en su conjunto tienen derechos intrínsecos, incluyendo el derecho a existir, a florecer y a evolucionar. A la par, las comunidades locales y aledañas que conviven en reservorios naturales declarados parques tienen el deber de concientizar la interdependencia que tiene con la naturaleza.
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Un turismo por mero disfrute recreacional que considere la naturaleza como un recurso explotable, ha venido acabando con los paisajes venezolanos, generando a corto, mediano y largo plazo deterioro de los hábitats ecológicos.
Asimismo, el río y sus áreas del parque municipal la Churca forman parte en su conjunto del ecosistema Ávila, zona Abrae del país. Y este parque no solo está contaminado por los desechos de plástico arrojados por los visitantes, sino que comunidades vulnerables y aledañas que no cuentan con acceso al agua en las áreas periurbanas, usando el río para su higiene y mantenimiento personal también depositan sus desechos en el parque, carente de planes de evacuación de la basura, son a la larga factores a tratar dentro de la contaminación que a la larga traerá impacto en una zona Abrae.
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Esta segunda jornada de saneamiento en el Parque Municipal la Churca demostró que un día completo se puede recolectar aproximadamente 1.800 kilos de basura, llevándose un gran porcentaje de basura en la zona baja, según Luis Lara de Guayare.eco solo se recolectó en la zona baja 1.400 kilos de basura en una área aproximada de 6 hectáreas hasta pozo la Churca.
Esto indica que el problema de desechos de basura es alto con contaminación del suelo y el agua, afectando la flora y la fauna local, problemas de salud pública con propagación de enfermedades por roedores, malos olores y contaminación de agua potable, además de impacto visual negativo con deterioro del paisaje y por último los altos riesgos de incendios por materiales inflamables en la basura.
La labor comunitaria y la voluntad de las organizaciones por recolectar la cantidad de residuos que se encuentra dispersa en el parque, son un eje puntual para la conservación de estos espacios; sin embargo, este impacto puede ser controlados a través de políticas públicas adecuadas y educación ambiental y ecológica para sus visitantes como para las operadoras turísticas, grupos excursionistas, y comunidades, mermando los impacto para la biodiversidad y el territorio.
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