Desde este lunes 5 de febrero vecinos de Punto Fijo denuncian que los mecheros de la refinería de Amuay han vuelto a emitir el característico humo negro que en el último semestre del año 2022 estuvo presente en el cielo de Paraguaná.
Los residentes de Punto Fijo han denunciado en repetidas ocasiones las emisiones de gases contaminantes por parte de las instalaciones de PDVSA. A pesar de estas denuncias, PDVSA no ha tomado medidas para solucionar el problema, ni ha asumido la responsabilidad por el impacto negativo que estas emisiones tienen en el medio ambiente y la salud pública.
Las emisiones se siguen reportando, incluso hasta el domingo 11 de febrero. Según los vecinos, uno de los dos quemadores se apagó el viernes, pero el principal sigue en funcionamiento.
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Varias personas nos han informado que prefieren que sus hijos no vayan a la escuela, los mantienen encerrados en casa evitando que salgan al aire y respiren directamente el humo negro que cubre desde Las Piedras hasta Guanadito más al norte, la población se ve afectada por la humareda. Muchos esperan que no llueva, para no tener que convivir con la densa lluvia negra que arroja cenizas de los desechos de la refinería junto con las gotas de agua.
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Imágenes que parecen sacadas de Bophal o Chernobyl, en Venezuela, no siendo la primera vez; un área de sacrificio donde la población es sometida a grandes dosis de contaminación sin tapujos por parte de las autoridades. Una comunidad urbana altamente militarizada, todos bajo sospecha de posibles “saboteos” a las instalaciones petroleras, que evita que estos alcen su voz o declaren con nombre y apellido sin miedo, sometidos por la paranoia de los funcionarios del Estado. Como pudimos conversar en noviembre de 2022 con jubilados de la refinería, quienes afirman que cuando esto sucede, es signo de quema de escorias y desechos de la producción, para mantener encendida la maquinaría, por los costos que implica apagar y volver a encender todo; lo que además muestra que el suministro de crudos no es constante.