Cambio climático y energías fósiles: La paradoja venezolana

Crédito imagen: OEP

El Cambio Climático antropogénico es un hecho de difícil refutación ante la innumerable evidencia científica existente. Las recomendaciones de expertos y científicos, para mitigar y frenar el creciente calentamiento planetario y los desequilibrios que generan, exigen una reducción importante del consumo de combustibles fósiles lo más rápido posible. No obstante, la mayoría del mundo político y empresarial se niega a tomar estas decisiones, generando importantes conflictos sociales y legales. Venezuela no es ajena a esta realidad, en medio de su crisis particular y compleja.

La destrucción y quiebra de la industria petrolera nacional abre una oportunidad inmejorable para Venezuela de reestructurar su economía y construir un nuevo sistema energético alejado de los combustibles fósiles y de forma centralizada, desechando el nefasto ejemplo que han sido las dos últimas décadas para los venezolanos.

Observamos con preocupación que la actual clase política y su discurso en general no parecen estar prestando la debida atención a la crucial coyuntura que atraviesa nuestro país. Si bien el modelo petrolero-rentista ha sustentado la economía venezolana durante décadas, es evidente que ha llegado a su fin. Su enfoque extractivista, incluyendo el rentismo minero, ha generado un impacto negativo en el ambiente y ha profundizado las desigualdades sociales.

 Ver también: El Dilema de hablar de una Venezuela Pospetrolera: una revisión histórica parte II

Venezuela insistiendo en las energías fósiles

A pesar de esto, el gobierno nacional sigue insistiendo en un modelo rentista incluso recientemente hizo un anuncio sobre nuevos contratos de explotación petrolera, aunque no se especificó con quienes se realizarían. De lo que sí tenemos certeza es sobre la  venta de gas venezolano a Colombia, aunque con dificultades futuras, debido a la reimposición de sanciones por parte de los Estados Unidos. También se conoce el nuevo acuerdo firmado entre la petrolera española REPSOL y la venezolana PDVSA para extender el territorio explotado por la empresa mixta Petroquiriquire, animando al presidente de la petrolera nacional a declarar que con o sin sanciones Venezuela seguirá extendiendo sus negocios petroleros.

Ver también: Colonialismo energético y transiciones en Venezuela

El cambio climático no se enfrenta haciendo acuerdos internacionales con empresas petroleras para continuar la explotación de hidrocarburos. Todo lo contrario, el país debe aprovechar la coyuntura para reconfigurar en su totalidad la economía nacional. Desafortunadamente, tampoco escuchamos en las alternativas políticas algún discurso que apunte a una reconfiguración de Venezuela sin depender del rentismo petrolero, parece ser que no pudiese existir este país sin la explotación petrolera, pese a que el mundo y la naturaleza nos exigen detener estas explotaciones.

 Ver también: Escenarios de transición energética en una nueva fase de la crisis venezolana

Venezuela tiene una oportunidad especial, el colapso de la petrolera y sus consecuencias, difíciles para toda la población; nos abren la posibilidad de pensar un país distinto, cónsono a las necesidades del siglo XXI y del sostenimiento de la vida en el planeta. Debemos empezar a discutir sobre ese futuro, aunque las esperanzas en algún cambio o mejora se encuentren menguadas. Pero si no visualizamos la Venezuela que será, si no nos preparamos para el momento en que podamos empezar a reconstruir el país, nos costará más adaptarnos a las necesidades y las obligaciones que tengamos, por compromisos políticos o porque la realidad nos golpee con crueldad y dureza. 

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Erick Camargo

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