Mujeres, indígenas y extractivismo en Venezuela. Dos miradas desde el activismo

PRENSA OEP

 

Durante el Segundo Simposio “Repensar los horizontes del feminismo”, realizado los días 29 y 30 de octubre en la escuela de historia de la Universidad Central de Venezuela (Caracas), y organizado por el colectivo feminista Las Comadres Púrpuras, las activistas Alicia Moncada (Organización de Mujeres Indígenas Amazónicas Wanaaleru) y Andrea Pacheco (Plataforma contra el Arco Minero del Orinoco) propusieron diversas reflexiones en torno a la relación entre mujeres, indígenas y extractivismo en Venezuela.

 

Alicia Moncada: estamos en un contexto de depredación no sólo de la naturaleza sino también de las mujeres

En su exposición sobre el “Estado de los derechos de las mujeres indígenas”, Alicia Moncada comenzó señalando que la situación general de los pueblos indígenas en el país es muy precaria y que esta se ha magnificado por la crisis.

Una de las principales ideas planteadas por la activista fue la de las grandes limitaciones y dificultades que se han evidenciado a la hora de construir políticas públicas en relación a las mujeres indígenas. Estas políticas han sido dirigidas bajo una lógica homogeneizante, en la medida en la que en realidad fueron pensadas para una mujer urbana, criolla o hablante de castellano, señaló Moncada.

Puso como ejemplo la Misión Madres del Barrio, la cual en este caso ha servido más bien como instrumento de cooptación, y contribuido a afectar la economía para el autosustento –como lo es el conuco–, en la medida en la que se habituó a la mujer a esperar que llegara la bolsa del CLAP, en vez de acompañar procesos socio-productivos propios.

También criticó que se quiera medir la pobreza en indígenas a partir de indicadores como el ingreso, lo cual en realidad no refleja los diferentes modos de vida de los pueblos originarios. Al mismo tiempo, expresó que no se están recolectando datos epidemiológicos en comunidades indígenas. “El olvido es una forma de racismo”, indicó, proponiendo a la vez que toda esta situación evidencia el mantenimiento de un racismo estructural.

La activista wayuu enfatizó así que la etiqueta de género, no necesariamente ayuda a ver otras diferencias que existen entre las mujeres.

Otro elemento central de su exposición se centró en evidenciar los grados de vulnerabilidad en los que se encuentran las mujeres indígenas en el país. Moncada señaló que prácticamente la mitad de la población de los pueblos originarios venezolanos son mujeres, y que el segmento más numerosos de estas son niñas que van de 0 a 14 años, lo que a su juicio refleja que se trata de una población muy vulnerable a un entorno muy violento contra ellas.

A partir de su experiencia en campo, Alicia resaltó la existencia de prostitución en las minas, la cual es una actividad forzada y gestionada por una serie de explotadores que giran en torno a esta.

A su vez señaló que se ha criminalizado a mujeres indígenas luchadoras, como el caso de líder pemón Lisa Henrito, acusada por un mando militar de “traición a la patria” y de conformar un movimiento secesionista indígena.

En este sentido fue enfática al señalar que “estamos en un contexto de depredación, y no sólo de la naturaleza sino también de las mujeres.

 

Andrea Pacheco: la mujer desempeña una “Triple jornada” en torno a la minería

En la presentación de Pacheco, “Arco minero, mujeres y resistencia”, se expusieron algunos rasgos de este mega-proyecto minero, señalándose que este no es cualquier emprendimiento, sino que marca el rumbo que transita todo el proyecto económico y político nacional.

Andrea resaltó que la minería es una actividad muy masculinizada, en la cual se expresa muy claramente el poder masculino, a pesar de que probablemente la mitad de la población que vive directa o indirectamente de esta actividad sean mujeres.

En este sentido, el rol de la mujer es la de garantizar la reproducción de la vida que gira en torno a la mina, por lo que ellas están sometidas a mucha más explotación.

La activista de la Plataforma contra el A.M.O. hizo referencia a cómo la mujer desempeña una “Triple jornada” en torno a la actividad minera: la doméstica, la minera y la del cuidado de la comunidad minera.

También destacó que en torno a la mina se producen una serie de formas de violencia y explotación muy dramáticas: prostitución; trata de mujeres para las minas; trabajo semi-esclavo; migración forzada; femicidios; violencia en aumento; embarazo adolescente, entre otras.

Pacheco señaló que hay un déficit institucional para proteger a las mujeres, al tiempo que dijo que estos elementos descritos se reproducen como un patrón a nivel mundial.

Autor

OEP Venezuela

Perfil oficial del Observatorio de Ecología Política de Venezuela

Ver todos los artículos de OEP Venezuela

Compartir

Categorías

Etiquetas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *