El ciclo de crisis eléctricas en Venezuela es estacional

Por: Alejandro López-González

Para Observatorio de Ecología Política de Venezuela

Imagen de Portada La Gran Aldea

Por nuestra condición de país tropical, la mayoría de las personas en Venezuela pasan por alto que nuestro territorio cumple con ciclos estacionales de temperatura que impactan directamente en el consumo eléctrico y esto, a su vez, en la tasa de fallas y consecuentes racionamientos. Desde el año 2012, he venido estudiando la estacionalidad de las fallas y puedo afirmar, sin lugar a duda, que la tasa de fallas y los racionamientos cumplen un calendario preciso de acuerdo con la estacionalidad y variabilidad climática de nuestro país. Esto es así desde el año 2012 debido a que es desde ese año que el margen de reserva en generación se ha hecho mínimo, o cero, y la demanda se ha igualado a la capacidad de generación durante las fechas de menor consumo (octubre a febrero).

En los países con estaciones claramente definidas (invierno, verano, otoño y primavera), este fenómeno es muy claro para los consumidores. Sin embargo, la estacionalidad del consumo en esos países sigue un patrón contrario al que sigue en países tropicales, como Venezuela. En los países con estaciones claras, el invierno suele ser la estación en la que el consumo eléctrico aumenta debido a que muchos de los sistemas de calefacción son eléctricos y, como es evidente, a menor temperatura mayor necesidad de calefacción y esto incrementa el consumo eléctrico en esos países.

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En Venezuela, sucede lo contrario, es decir, a mayor temperatura mayor es el consumo eléctrico debido al uso más frecuente de los equipos de aire acondicionado y el mayor tiempo de operación de los compresores de estos. El consumo de un equipo de aire acondicionado, aun encendido, no es el mismo en fechas de altas temperaturas (marzo-septiembre) que en fechas de bajas temperaturas (octubre-febrero), siendo las fechas de altas temperaturas mas demandantes del compresor de estos y las de bajas temperaturas, lo contrario. Esto es elemental, lo sé, pero creo que no hemos sabido masificar el conocimiento acerca de la importancia de esta realidad en los ciclos de crisis eléctricas estacionales en Venezuela, desde el año 2012.

Hay que diferenciar entre fallas y racionamiento eléctricos, aunque están estrechamente ligados estos conceptos no son lo mismo y responden a realidades técnicas diferentes. Las fallas eléctricas pueden conducir a racionamientos, pero los racionamientos no están todos ligados a fallas eléctricas, sino que pueden deberse a estas o a un déficit en la capacidad de generación. La estacionalidad en los ciclos de racionamiento en Venezuela esta asociada déficit de generación y es lo que se puede estudiar con precisión técnica. En cuanto a las fallas que pueden producirse en cualquier momento del año, bien pueden provocar racionamientos o no según el impacto de la falla en la capacidad de generación o transmisión en el sistema interconectado nacional.

En la figura, vemos las curvas de demanda eléctrica nacional (en términos relativos y no absolutos) durante los años 2012, 2016 y 2020. Entre el 2012 y el 2020 la demanda máxima nacional de electricidad ha bajado de 18 GW hasta 10 GW, debido a la caída del Producto Interior Bruto (PIB) derivada de la desindustrialización de nuestro país (flecha y letras rojas en el gráfico). La mayor demanda eléctrica, como puede verse siempre ocurre en los meses de junio y julio y va bajando hasta los mínimos de los meses entre noviembre y febrero. Todos los años vemos al gobierno nacional cantar victoria contra los racionamientos, siempre en las mismas fechas, entre octubre y noviembre suelen cantar victoria sobre los racionamientos. Pero esto no se debe a la gestión gubernamental, esto se debe a que en esas fechas se reduce la demanda y, por lo tanto, la capacidad de generación marginal llega a niveles precariamente suficientes para mantener la continuidad en el suministro eléctrico, nada más, esa es la razón. Sin embargo, año tras año la capacidad de generación baja a una tasa similar a la que baja la demanda, por lo tanto, año tras año los períodos en que se requiere de un racionamiento por déficit de generación son más prolongados (Ver figura).

Todos los años, desde el año 2012, ha habido racionamientos por déficit de generación en Venezuela. Esto es consecuencia de la debacle del sistema eléctrico que se inicia en el año 2010 con la creación de Corpoelec y la desaparición de las empresas eléctricas publicas regionales. Las consecuencias de esa pésima decisión del gobierno nacional comienzan a verse con claridad en 2012. En ese año, tomado en esta explicación como año inicial, el período de racionamiento por déficit de generación fue corto, entre junio y Julio. Este período de racionamientos fue expandiéndose de forma simétrica durante los años 2013, 2014, 2015 y en 2016 vemos como el período de racionamientos por déficit de generación ya abarca un período mayor entre los meses de abril y septiembre. En 2016, el gobierno cantó victoria sobre la crisis justamente en el mes de octubre, afirmando que la crisis había sido superada. Sin embargo, en los años siguientes, 2017, 2018, 2019 y 2020 los períodos de racionamiento por déficit de generación fueron haciéndose más extensos llegando este año a cubrir desde mediados de febrero hasta mediados de octubre del presente año.

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En la actualidad ya no hay racionamientos por déficit de generación y nuevamente el gobierno canta victoria. En realidad, en ninguno de los tres casos estudiados el gobierno ha hecho algo realmente sustancial para superar la crisis eléctrica. Lo único que ha hecho es esperar a que la demanda bajase para que el sistema nivelase generación y demanda y la condición pasase a un nuevo “equilibrio inestable” hasta el próximo periodo de racionamiento en 2021 que probablemente empiece desde el mes de enero o principios de febrero.

La pregunta es ¿Por qué si baja la demanda como consecuencia de la desindustrialización y quiebra del aparato productivo nacional no cesan los racionamientos por déficit de generación? La respuesta es alarmante, la respuesta evidente es que la capacidad de generación está cayendo anualmente a una tasa superior a la que cae la demanda eléctrica y esta es la causa de la expansión de los períodos de racionamiento por déficit de generación. No hay que ser un genio matemático para concluir que los períodos de racionamiento llegaran a un punto en que el período de racionamientos sea igual al año entero y en ese momento, pasaremos a un esquema de racionamientos permanentes a escala nacional, durante todo el año.

El alargamiento de las flechas de racionamiento en la figura tiende a igualarse a la totalidad del año y esto no está muy lejos de ocurrir. Sin embargo, debe decirse que esta situación no la padecen todos los estados de nuestra Republica por igual. Hay zonas del país en las que el racionamiento permanente ya existe desde el mismo año 2012, otras en las que el racionamiento permanente fue instaurado en 2016 y así progresivamente; porque este deterioro no es homogéneo. Además, la política del gobierno nacional es la de privilegiar a la región central y obviar la existencia de estas carencias en el resto del país.

Por lo tanto, podríamos llegar al punto en que en la capital nacional nunca haya racionamientos mientras en el resto del país hay una racionamiento permanente durante todo el año, y este es sin duda el escenario más probable para los próximos dos años a menos que se implemente un programa agresivo e intensivo en capital para la recuperación de la capacidad de generación eléctrica en los estados Zulia, Falcón, Anzoátegui, Monagas y Sucre. Más allá de eso se debe implementar la propuesta para la superación de la crisis eléctrica en Venezuela que hemos venido proponiendo más de 3500 venezolanos para salir de esta crisis de forma sostenible y viable en el mediano y largo plazo.

Autor

Alejandro López González

Doctor en Sostenibilidad (Cum Laude) de la Universidad Politécnica de Cataluña e Ingeniero Electricista

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