El Lago de Maracaibo: un largo historial de contaminación

Foto OEP (2022)

El Lago de Maracaibo, es un icónico cuerpo de agua del actual estado Zulia, siendo uno de los más grandes y antiguos del mundo; en torno al cual funciona y vive el occidente de Venezuela y regiones aledañas. Sus aguas bastante oxigenadas han sido propicias para el desarrollo de una robusta biodiversidad, que permitió una próspera actividad pesquera de las comunidades humanas que se han asentado en sus costas.

Sin embargo, estos galardones no le ayudaron a evitar convertirse en la principal zona de sacrificio del desarrollismo venezolano desde principios del siglo XX. Pues sí, el inicio de la explotación petrolera, que tiene el icónico reventón del Barroso II ocurrido en diciembre de 1922, fue un desastre petrolero que arrojó miles de barriles de petróleo al ambiente, los que en su mayoría escurrieron al Lago, así hay un vínculo estrecho entre el inicio de la explotación petrolera y la contaminación del legendario lago.

 Ver también: El reventón del Barroso II y el mito de la modernidad en Venezuela

El Petróleo y el Lago

La industria petrolera, desde sus inicios, explotó los pozos petroleros que se localizaban en el subsuelo del Lago, pero en esa época no existía la tecnología de las plataformas petroleras; debido a ello, desde la segunda década del siglo XX se construyó un complejo entramado de tuberías en el lecho lacustre, el cual hasta el día de hoy siguen allí. Estas tuberías, producto de la natural corrosión, problemas de presión o cualquier tipo de incidente que provoca rupturas o pone en peligro su integridad estructural, vierten el petróleo, gas o derivados de hidrocarburos al agua, generando un constante ciclo de contaminación.

En esa época la explotación petrolera se realizaba por concesiones a empresas extranjeras, quienes se repartieron el Lago en bloques de explotación, allí construyeron estas plataformas y tuberías que hasta hoy se encuentran en el fondo del lago; conforme cambiaban las empresas o se activaban nuevos pozos el entramado se acumulaba encima uno del otro. Esta situación es la responsable, 100 años después, de la mayoría de los derrames que hoy se suceden, pues al nacionalizarse la industria petrolera, poca atención se le puso a esta infraestructura y mucho menos se invirtió en su transformación y mantenimiento.

Foto. Getty images via BBC

A partir de la crisis del 2016, muchas de las instalaciones quedaron abandonadas, según José Lara, del INEA, existen en el Lago más de 10.000 instalaciones entre taladros y equipos en total abandono, que sufren filtraciones y rupturas que ocasionan la casi diaria estela de derrames y goteos de petróleo. Así que podemos observar la conjugación de un modelo ineficaz y sin ninguna contemplación por el agua, la vida y el ambiente; con el colapso posterior de la industria petrolera que han derivado en el actual desastre que se vive.

Pero la contaminación no es nueva, solo ha llegado a niveles insoportables y ha privado a las comunidades de elementos de subsistencia. Así observamos en noviembre, cuando hicimos una visita de campo a la Costa Oriental del Lago y la ciudad de Maracaibo; recibiendo testimonios de comunidades de pescadores que nos explican como cada vez es más difícil encontrar peces y el cangrejo que logran capturar viene bañado en aceite, el cual deben limpiar y hervir para su consumo.

Arena contaminada con petróleo. Foto OEP (2022)

Ver también: Derrames y contaminación sobre la vida. Crisis y cotidianidad en comunidades afectadas por la industria petrolera

Las costas evidencia la falta de acción del Estado para retirar y limpiar los hidrocarburos que llegan a las playas del Lago, quedando las calles del malecón de Cabimas, la ciudad más grande de la Costa Oriental y la segunda más importante del estado, totalmente cubiertas de petrolero que se ha venido secando y formando una costra asfáltica irregular, tanto en las arenas como en las aceras. La gente, irónicamente, comenta que no deben pedirle a la alcaldía que asfalte las calles de tierra, pues las aguas del Lago al desbordarse, se encargan de tal tarea. Casas llenas de petróleo, la ropa debe colocarse a contra viento y en espacios que no estén frente al agua, pues el salpicar de las olas lacustres suelen manchar con hidrocarburos las prendas de vestir.

Foto OEP (2022)

No solo el petróleo contamina

La contaminación de hidrocarburos no es la única fuente de problemas ambientales en el Lago, hay otros factores, algunos relacionados si con la industria petrolera, pese a no ser directamente por esta. El primero a destacar sería el de la progresiva salinización de sus aguas, a raíz del dragado de la barra y la canalización del mismo desde la década del 50 del siglo pasado, provocando un desequilibrio en la química del agua. Este problema ha sido debatido y estudiado por mucho tiempo, entre los trabajos más recomendados está el realizado por Gilberto Castillo. Esto se ha visto reflejado en una noticia recientemente publicada en Banca y Negocios, Chevron, una de las empresas más contaminantes, exige la limpieza por dragado de la barra, para enviar más petróleo al extranjero, pero nada habla del resto de contaminación.

Esta salinización se entremezcla con la progresiva contaminación derivada del uso de agrotóxicos en las cuencas hidrográficas andinas que escurren hacia el Lago, que han provocado la proliferación de algas que han mermado los niveles de oxigenación del agua del Lago, provocando la pérdida de población de peces y crustáceos. El famoso caso de la Lemna.

También y bastante grave, es el de los desechos de aguas servidas de las ciudades costeras como Maracaibo, Altagracia, Santa Rita, Cabimas, Ciudad Ojeda, Lagunillas, Tía Juana, Bachaquero, entre otras; que progresivamente han venido contaminando el lago, no únicamente con aguas residuales de hogares; sino también con metales pesados y productos químicos desechados por las industrias y comercios de estas ciudades. No hay control sobre las aguas que vierten, convirtiendo al Lago de Maracaibo en una auténtica cloaca.

Recientemente, pudimos asistir a una conferencia donde se hablaba del problema de los microplásticos en el Lago de Maracaibo, tanto producto de la basura, vertido de aguas servidas; pero también microplástico primario de la industria petroquímica; esto quiere decir, productos que no fueron utilizados para hacer materiales de consumo, sino que irían a ser usados como tal, pero no llegaron procesarse. Esto es alarmante, porque señala que la industria petroquímica tiene filtraciones de productos a las aguas del Lago y al medioambiente en general. Recomendamos profundizar sobre este tema en el siguiente reportaje publicado en RunRunes.

Plástico y otros residuos en las orillas del Lago de Maracaibo. Foto OEP (2022)

Urgente Salvar el Lago

Esta situación, que parece irreversible por sus dimensiones, debemos empezar a trabajar para frenarla. Si bien existen pequeñas iniciativas, de corto alcance e impacto, son importantes para marcar el camino de trabajo para recuperar y salvar el Lago.

La acción fundamental es exigirle a la industria petrolera que ponga en orden sus asuntos; hay que atender el entramado de tuberías, las bombas, balancines, taladros y demás instalaciones que se encuentran en abandono y con grave falta de mantenimiento. Pues, coyunturalmente, en ese preciso momento, los derrames son la principal fuente de contaminación, constante y seguida. Siendo esta, además, de la más peligrosa y difícil de limpiar y mitigar sus efectos. ¿Pero quiénes pagan por eso? ¿Quiénes les pagarán a las familias afectadas? ¿Quiénes le repararán a esas comunidades los daños causados por esta contaminación, así como sus pérdidas materiales y familiares?


La industria petrolera extrae mineral, exporta el hidrocarburo y sus derivados, genera enormes cantidades de dinero, pero luego es incapaz de solventar los problemas que genera la explotación, el cese de la misma.

Pero también hay que exigirle a las autoridades municipales y locales para que se ejecuten políticas de limpieza, reutilización y deposición adecuada de las aguas servidas; especialmente en una zona árida como es la más poblada del estado Zulia, donde está Maracaibo. Es inconcebible que aun en 2023, con una crisis de agua en todo el país; no existan planes para el tratamiento y aprovechamiento adecuado del agua. ¿Cómo no se ha reflexionado sobre su uso y deposición en medio de una circunstancia tan grave?

Pero también el problema trasciende al estado Zulia; implica toda la cuenca del Lago, exigiendo reforma en las políticas y modos agrícolas, para frenar el uso de agrotóxicos que acaban con la fauna marina. Hay que cambiar nuestros patrones de consumo y reducir el constante uso de los productos plásticos, así como el uso de los materiales que consideramos desechos o basuras que vienen provocando tantos males; reducir igualmente el consumo de plásticos con urgencia. Son muchas medidas, pero que deben abordarse con urgencia. Es momento de salvar al Lago de Maracaibo.

Autor

Erick Camargo

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