El conflicto en torno al vertedero a cielo abierto Pedregalito en Cabimas

Última actualización: enero 2022

I. Datos básicos

Ubicación del conflicto (localidad, municipio y estado del país)

Sector Pedregalito entre las parroquias Jorge Hernández y Punta Gorda del municipio Cabimas, estado Zulia

Área del proyecto (en kms2 o has.)

  • 40 has

Tipo de población (urbana, semi-urbana, rural o indígena)

  • Urbana

La población urbana afectada es la perteneciente a las parroquias Jorge Hernández y Punta Gorda del municipio Cabimas, quienes sufren los problemas de salud por la quema de basura que se realiza en el vertedero Pedregalito. Hay población semi-urbana también afectada, constituida por la comunidad Pedregalito, que se ha desarrollado en torno al vertedero y vive de él, no cuenta con servicios puntuales y en red, o estos son deficientes. Su población es menor a 2.500 habitantes.

Resumen del caso

El vertedero Pedregalito es un vertedero a cielo abierto que funciona desde hace más de 40 años y se encuentra ubicado entre las parroquias Jorge Hernández y Punta Gorda del municipio Cabimas en el estado Zulia. Además de que se ha encontrado colapsado debido a la inadecuada gestión en la recolección de desechos en la región, este debe ser clausurado por el alto grado de contaminación que allí persiste. Tiene un área de 40 hectáreas ocupadas netamente por basura y según cifras de 2013, el vertedero ha llegado a recibir más de 300 toneladas de desechos al día, provenientes de los municipios Cabimas y Simón Bolívar (Marval, 2013), aunque en cifras más recientes se ha mencionado que la carga disminuyó a un aproximado de 480 toneladas por semana (Un Nuevo Tiempo Cabimas, 2021).

En torno a este vertedero se ha desarrollado la comunidad Pedregalito, la cual carece de servicios públicos básicos y cuyos habitantes subsisten gracias a la venta de los materiales reciclados que se pueden encontrar entre los desechos, actividad que según la ley integral de gestión de la basura de 2010 es ilegal. El vertedero está dividido en parcelas, en la que se descarga el contenido de los camiones, los trabajadores separan los desperdicios de los materiales a reciclar y esperan a los compradores, quienes los obtienen a precios más económicos que en el mercado tradicional. Los dueños de las parcelas reciben pagos por el uso de sus terrenos, lo que revela intereses económicos de mayor orden relacionados a la existencia de este vertedero. De 180 parcelas, 97 son depósitos de desechos. Para el año 2012, eran 106 las familias que habitaban en la comunidad. Ya para 2016 se reportaban unas 250 familias (Isea, 2015).

Mientras el cartón, vidrio, cobre, bronce, aluminio, plástico y papel son comercializados por peso, el resto de los desechos que no pueden ser aprovechados son quemados diariamente. Esta situación genera diversos problemas entre los que destacan los malos olores y la contaminación del aire que afecta a los habitantes de esta misma comunidad, cuyos efectos nocivos se extienden gracias a la circulación de los vientos y se hace evidente con la aparición de una “nube tóxica” en las comunidades de las parroquias más afectadas, como son: Punta Gorda, Rosa Vieja, Rómulo Betancourt, Jorge Hernández y Germán Ríos Linares en Cabimas; también en Rafael María Baralt en el municipio Simón Bolívar (Panorama, 2015). A pesar de que los habitantes reconocen los efectos nocivos de esta práctica, estos indican que con su labor en el vertedero controlan la cantidad de basura existente, ante las deficiencias de maquinaria necesaria para su compactación.

Los problemas respiratorios, de la visión y de la piel de los habitantes de las parroquias afectadas son ocasionados por la quema de desechos. Es en tal sentido que estos pobladores han reclamado la clausura del vertedero, la puesta en funcionamiento de un nuevo relleno sanitario en el sector Barlovento (parroquia Jorge Hernández del municipio Cabimas) y la reubicación de quienes viven en los alrededores del vertedero.

Las movilizaciones por parte de los afectados se han realizado a través de denuncias y protestas a partir del año 2010 ante las autoridades competentes, las cuales al detectar incendios en el sector Pedregalito intentan sofocarlos, a la vez que realizan detenciones de los involucrados, lo que ha generado enfrentamientos entre los cuerpos militares, policiales y la comunidad.

Desde la alcaldía se han referido a Pedregalito como una comunidad ‘dedicada a las actividades agrícolas y de reciclaje’ que no cuenta con los servicios públicos por desatención de gestiones anteriores (Sanabria, 2018). Las demandas han sido atendidas de manera parcial por parte de la alcaldía a través del envío de máquinas compactadoras, así como de la ejecución un plan que regula los horarios y el número de camiones que puede descargar en cada parcela y que se ha cumplido parcialmente (González, 2019).

Desde varios años atrás se ha propuesto un proyecto para la construcción de un relleno sanitario en el municipio Cabimas, cuya puesta en marcha permitiría la clausura de Pedregalito. Sin embargo, dicha propuesta se ha detenido por falta de recursos económicos, por los reiterados cambios en la cartera ministerial (González, 2014) y, según ambientalistas de la zona, por intereses económicos particulares de origen ilícito. En torno al vertedero se ha configurado y articulado toda una economía subterránea vinculada al control de las actividades que allí se realizan, al cobro de los dueños de las parcelas por dejar botar la basura en sus tierras, al negocio del procesamiento y reciclaje de la basura y desechos, el control territorial y el mercado negro de productos, entre otras actividades. Las actividades desarrolladas en este vertedero se relacionan con actos de corrupción gubernamental local y criminalidad, y el sector se ha convertido un espacio peligroso por el que los vecinos evitan transitar.

Los intentos por evitar las quemas revelan un esfuerzo del gobierno local de poner ciertos límites, pero sin poder o querer sortear completamente esta situación. No obstante, estas medidas de corto plazo son ineficientes, insuficientes y más bien parecen estar subordinadas a los intereses por mantener todas estas actividades irregulares en el lugar.

Los habitantes del vertedero se niegan a abandonar los espacios de donde obtienen su sustento económico, además indican que los sectores a los que pueden ser reubicados son áreas amenazadas por inundaciones durante la temporada de lluvia. Por el contrario, solicitan a las autoridades las mejoras de los servicios básicos en su sector.

Aunque desde la alcaldía de Cabimas se ha hecho ver la posibilidad de desarrollar nuevos proyectos de reciclaje, el vertedero de Pedregalito es en realidad un ‘Elefante blanco’ y es expresión de la crisis que vive el país, y de uno de los problemas ambientales más grave como lo es el de la disposición de los desechos. Una situación como la de Pedregalito se replica en varias partes de la geografía nacional. Este caso es también un reflejo de la situación nacional de alta insalubridad y el avance de la corrupción y la criminalidad en la gestión de los asuntos ambientales.

 

II. Fuente del conflicto

Principal actividad económica (u otra) que origina el conflicto

  • Gestión de desechos y residuos

Otras actividades económicas involucradas (si existen)

  • No se registran

Commodities o ‘recursos naturales’ involucrados (ej. oro, bauxita, madera, agua, petróleo, gas, soja, eucalipto)

  • Aire
  • Tierra
  • Desechos orgánicos
  • Desechos reciclables (tales como cartón, vidrio, cobre, bronce, aluminio, plástico y papel)

III. Proyecto y actores involucrados

Ubicación del proyecto o actividad económica (localidad, municipio y estado del país)

Sector Pedregalito entre las parroquias Jorge Hernández y Punta Gorda del municipio Cabimas, estado Zulia

Resumen y descripción del proyecto (o la actividad económica)

Pedregalito es un vertedero a cielo abierto, entendido este como un terreno en el que se disponen y acumulan los residuos y desechos sólidos en forma indiscriminada sin recibir ningún tipo de tratamiento sanitario, ambiental ni de control técnico. Pedregalito funciona desde hace más de 40 años y tiene una superficie de 40 hectáreas ocupadas netamente por basura. Está dividido en parcelas y, datos de 2013 reflejaban la recepción de más de 300 toneladas de desechos diariamente que descargan camiones de PDVSA, Imauca y empresas privadas (Marval, 2013), aunque en cifras más recientes se ha mencionado que la carga disminuyó a un aproximado de 480 toneladas por semana (Un Nuevo Tiempo Cabimas, 2021). El lugar carece de las condiciones mínimas para su funcionamiento, no cuenta con cercado, señalización, seguridad ni control (González, 2014).

En torno a este vertedero se ha desarrollado una comunidad que vive en condiciones precarias y apartada del área urbana por una deteriorada carretera de tierra de aproximadamente 11 Km de longitud. Las fallas en el suministro de agua potable y servicio eléctrico son frecuentes, además carecen de cloacas, gas doméstico así como también de centros educativos, de salud y servicio de transporte público. Según Reyes (2012), en el año 2012 contaban solamente con un mercal.

La mayoría de los habitantes subsisten gracias a la venta por peso de cartón, vidrio, cobre, bronce, aluminio, plástico y papel que consiguen entre los desechos. Una vez que los camiones descargan su contenido en las parcelas, los trabajadores emplean palas, rastrillos, guantes y botas que encontraron entre la misma basura para seleccionar y separar los materiales que pueden “reciclar”, y así ofrecerlo a los compradores; el resto de la basura es incinerada. Además del reciclaje de materiales también se desarrollan actividades agrícolas, cría de aves y de porcinos con fines de autoconsumo. La mayoría de las viviendas son de tipo rancho construidos con lata y zinc, aunque existen algunas casas construidas con bloques y cemento. Los habitantes indican que han sido informados de que en este sector no pueden ser beneficiados con las misiones Vivienda Venezuela ni AgroVenezuela ya que estos terrenos no son aptos para ello (Reyes, 2012).

En torno al vertedero se han desarrollado numerosos intereses económicos que, según ambientalistas y habitantes de la zona, están vinculados tanto con civiles, grupos armados, efectivos e instituciones oficiales. Entre las actividades relacionadas con el vertedero existe el cobro de los dueños de las parcelas por dejar botar la basura en sus tierras, al negocio del procesamiento y reciclaje de la basura y desechos, el control territorial y el mercado negro de productos, entre otras actividades. El vertedero es pues sitio clave para el desarrollo de economías ilícitas y se ha convertido un espacio peligroso por el que los vecinos evitan transitar.

 

Empresas privadas nacionales e internacionales involucradas

  • No existen

Actores gubernamentales y compañías nacionales relevantes

  • Gobernación Bolivariana del Zulia
  • Alcaldía de Cabimas
  • Coordinador de Planes y Proyectos del CLPP
  • Autoridad Única Ambiental
  • Secretaría Ejecutiva del Organismo de Planificación
  • Dirección municipal de Ambiente
  • Instituto Municipal de Aseo Urbano de Cabimas (Imauca)
  • Líder del Proyecto del Relleno sanitario
  • Alianza Simón Bolívar 2012
  • Instituto Autónomo Regional del Ambiente (Lara)

Instituciones internacionales y de financiamiento (si existen)

  • No existen

Nivel de las inversiones (en US$ en Bs.)

    • No determinado

Status actual del proyecto (en fase exploratoria, planificado y listo para su ejecución, en ejecución, operando, detenido)

  • Operando

Población afectada (grupos sociales y estimación numérica)

    • Habitantes del sector Pedregalito (alrededores del vertedero). Ya para 2016 el diario reportaba unas 250 familias (Isea, 2015). Al menos 150 mil habitantes de las parroquias Punta Gorda, Rosa Vieja, Rómulo Betancourt, Jorge Hernández y Germán Ríos Linares en Cabimas. Y en el municipio Simón Bolívar, la parroquia Rafael María Baralt en la Costa Oriental del lago de Maracaibo.

 

IV. Conflicto y Movilizaciones

Fecha aproximada de inicio de las movilizaciones

  • Año 2010

Cronología y detalles de las movilizaciones

Desde el año 2010 los habitantes de las parroquias de Cabimas y de la Costa Oriental del Lago han manifestado su descontento a través de denuncias y protestas ante las autoridades locales competentes por la quema de basura en el vertedero Pedregalito. Sostienen que dicha práctica les ocasiona afecciones en la piel, ojos y vías respiratorias. Ese mismo año como respuesta, Jesús Cegarra, quien fuera viceministro de la Cartera del Ambiente, realizó una inspección en el vertedero y manifestó la necesidad de la construcción de un nuevo relleno sanitario para el municipio (Marval, 2013).

En el año 2011 continúan las manifestaciones y al año siguiente se presenta el proyecto para la construcción del nuevo relleno sanitario en el Sector Barlovento a ejecutarse entre la alcaldía y el Consejo Local de Planificación. En 2012 el diario Panorama registra una nueva movilización en el sector Punta Gorda, donde un grupo de habitantes de las parroquias toman la Avenida Intercomunal para exigir la ejecución del proyecto presentado. A lo largo del desarrollo del conflicto han existido enfrentamientos violentos con arrestos y quema de viviendas entre los trabajadores del vertedero y las autoridades policiales y militares que intentan evitar o sofocar los incendios.

Entre los años 2013 a 2019 las movilizaciones en torno al vertedero Pedregalito han mermado producto de la proliferación de otros problemas que aquejan al país y de manera particular al estado Zulia, asociados al resto de los servicios públicos, a la compleja situación derivada de la irregularidad en el servicio eléctrico, el acceso a la gasolina, al problema de escasez de dinero en efectivo y la búsqueda de alimentos. Algunas denuncias de la situación persisten. El escenario económico también favorece que hoy en día el vertedero continúe en funcionamiento: los ingresos que perciben los recicladores por las actividades que se realizan en Pedregalito son altos, lo que constituye una salida para enfrentar la inflación que afecta al país. El incumplimiento de las leyes y la corrupción continúa siendo un círculo vicioso que no permite el establecimiento de soluciones efectivas, definitivas y oportunas para frenar tal situación (González, 2019).

Algunos reclamos y peticiones de los grupos movilizados (Tales como saneamiento ambiental, suspensión del proyecto, atención médica, demarcación de tierras, compensaciones, etc.)

Los habitantes de las parroquias afectadas solicitan la clausura del vertedero Pedregalito, la reubicación de los habitantes del vertedero y la culminación del nuevo vertedero en el sector Barlovento, ubicado en la parroquia Jorge Hernández (Cabimas). Por su parte, los habitantes de Pedregalito solicitan las mejoras en el abastecimiento de los servicios públicos para el sector.

Intensidad del conflicto (alta, con movilizaciones masivas, amplia difusión mediática, violencia y arrestos; media, con protestas en la calle y movilización visible; baja, con alguna organización local; o latente, no hay organización ni movilización visible al momento)

  • Media (con tendencia a la baja), a pesar de haber registrado violencia en el desarrollo del conflicto no ha tenido gran repercusión mediática ni amplias movilizaciones.

¿Este conflicto ha terminado?

  • No

V. Impactos del proyecto

Impactos ambientales

En el sector Pedregalito, según el 96% de los habitantes encuestados, existen cuerpos de aguas superficiales contaminados y estos pueden ser utilizados como fuentes de abastecimiento de agua potable. El suelo también se ve afectado por la contaminación y se evidencia a través del deterioro estético en las áreas cercanas al vertedero. La biodiversidad también se altera, a pesar de que los habitantes manifiestan que ha aumentado la vegetación y afirman que se ha deteriorado la flora en el sector (Caldera y otros, 2015). La aparición de fauna asociada a los vertederos es uno de los impactos ambientales de mayor importancia, ya que estos animales son transmisores de enfermedades. Uno de los principales impactos es el de la contaminación del aire debido a la permanente incineración de basura, lo que afecta a los barrios aledaños al vertedero.

Impactos en la salud

Según Jaramillo (2002), la inadecuada gestión de los desechos sólidos son riesgos para la salud, ocasionados por el contacto directo con los residuos o riesgos indirectos por la proliferación de animales que transmiten enfermedades (Caldera, y otros 2015). Según la investigación realizada por Caldera y otros se pudo determinar lo siguiente:

  • Los problemas de salud que indican padecer los habitantes de Pedregalito y se asocian al vertedero son: malestar (45%), fiebre (33%), diarrea (11%) y problemas respiratorios (11%).
  • Aun cuando los habitantes del sector Pedregalito no seleccionaron los problemas respiratorios como principal problema de salud, el 80% ha padecido de algún tipo de estas patologías (neumonía, bronquitis y asma). Las consecuencias asociadas a quienes reciben el humo directo son ardor e irritación de los ojos, nariz y garganta, irritación y erupciones de la piel, tos, estridor al respirar, falta de aire, dolor de cabeza, mareos, vértigo, excitación, debilidad, palpitación, dolor o ardor en el pecho, náuseas y vómito.
  • Las enfermedades respiratorias más tratadas en emergencia y en consultas del ambulatorio cercano al sector fueron bronquitis, asma, bronquiolitis y neumonía principalmente en niños. Los pacientes expresan que sus problemas respiratorios se presentan cuando comienza la quema de basura.
  • En el ambulatorio de Punta Gorda durante la semana atienden cerca de 100 pacientes con enfermedades respiratorias, principalmente niños, producto de la inhalación del humo. Se atienden hasta dos veces a un mismo paciente en una misma semana, aunque las personas cumplan con el tratamiento; el constante humo no permite la cura en su totalidad del malestar.
  • En información publicada por el Diario La Verdad en 2013, se indica que siete de cada diez pacientes que llegan al ambulatorio El Lucero de la parroquia Jorge Hernández, presentan infecciones respiratorias, producto de la exposición al humo constante, proveniente del vertedero.
  • Según Guevara (2000), los recogedores o segregadores que se concentran en los vertederos tienen grandes riesgos de contaminación a causa de la indebida mezcla de residuos químicos peligrosos con desechos hospitalarios infectocontagiosos y demás tipos de basura originadas de toda actividad comercial, pública o domiciliaria.
  • La proliferación de animales portadores de microorganismos que transmiten enfermedades a toda la población representan otro problema asociado a los vertederos a cielo abierto. Moscas, mosquitos, ratas y cucarachas funcionan como vectores transmisores de enfermedades, desde simples diarreas hasta cuadros severos de tifoidea u otras dolencias de mayor gravedad (Jaramillo, 2002).

Impactos socio-económicos y culturales

El tipo de economías subterráneas que se desarrollan en el vertedero crean un entorno peligroso para las comunidades que habitan el sector y las zonas aledañas. Actividades criminales se instalan en la zona convirtiéndose en las dominantes y las que determinan los códigos de la misma.

Al ser una zona no permitida para habitar, el gobierno local no ejecuta políticas de asistencia social en ella. La reubicación de los habitantes del sector Pedregalito en otras áreas no planificadas traería como consecuencia mayor presión y demanda de abastecimiento de servicios públicos y en red. Riesgos para el desarrollo urbano: devaluación de las propiedades, lo que constituye un obstáculo para el desarrollo urbano de la ciudad, según Jaramillo (2002).

 

VI. Desarrollo del conflicto

Resultados y respuestas ante el conflicto (por parte del gobierno central, gobiernos regionales y locales, empresas involucradas, instituciones supra-nacionales, comunidades, entre otros)

En el año 2012, la Alcaldía Bolivariana de Cabimas a través del Consejo Local de Planificación Pública (CLPP) presentó el proyecto del nuevo relleno sanitario para el municipio Cabimas, ubicado en el sector Barlovento de la parroquia Jorge Hernández. Con su ejecución se podría clausurar el vertedero Pedregalito y dar solución al problema de manejo y disposición de desechos que sufre el municipio desde hace más de 40 años (Isea, 2015). El nuevo relleno sanitario tendría una superficie de 80 hectáreas, sería ejecutado en 4 etapas y se estima que tendría una vida útil de 20 años. Forma parte del Plan Municipal de Manejo Integral de Residuos y Desechos Sólidos elaborado por PDVSA y la alcaldía de Cabimas. El nivel de las inversiones se ubicaba para el año 2012 entre los 80 y los 150 millones de Bolívares, y los recursos serían gestionados de manera conjunta entre el gobierno nacional y regional (AVN 2012; González, 2012). Hoy en día debido a la situación de hiperinflación es difícil estimar el nivel de inversiones que se requiere para ejecutar dicho proyecto.

En la primera etapa se realizaría la construcción de una fosa de 12,20 hectáreas en donde serán dispuestos los residuos orgánicos, además contaría con lagunas de estabilización de lixiviados o percolado, canales de drenaje, áreas de oficinas administrativas, cerca perimetral, cerco forestal, galpón para el resguardo de maquinarias y equipos, área de pesaje, chequeo y vigilancia, estacionamientos, acondicionamiento y construcción de vías de acceso principal e internas y la planta segregadora de materiales reciclables como plástico, metal, vidrio y papel, que se compactarán y luego serán comercializados. Beneficiaría a una población proyectada de 517.709 habitantes para el año 2032, tomando en consideración una tasa de crecimiento poblacional anual de 2,1% para el municipio Cabimas. El proyecto fue aprobado el 18 de octubre de 2013 y ya se contaba para 2012 con el estudio de impacto ambiental, la ubicación del terreno y un proyecto de saneamiento de la zona ya utilizada como vertedero a cielo abierto (González, 2012).

El proyecto de construcción del relleno sanitario sigue “engavetado” en la Alcaldía de Cabimas, a juicio de las familias perjudicadas, y actualmente se encuentra detenido. José Álvarez, líder del proyecto del relleno sanitario, manifestaba en 2015 que tres años después de levantarse el trabajo, este no se había materializado porque existen intereses del Ejecutivo local y los propietarios de las parcelas, ya que en el lugar se desarrollan actividades económicas ilegales. La falta de recursos económicos, así como los múltiples cambios en la cartera ministerial también han sido señalados como causas de la paralización del proyecto (Isea, Jolitze 2015).

De forma paralela y ante la paralización del proyecto, el vertedero Pedregalito ha continuado en funcionamiento y se han desarrollado diversas respuestas para mejorar su actividad, tales como la habilitación de máquinas para despejar áreas, trabajos de compactación de desechos, prevención contra incendios y la búsqueda de la eliminación de la quema de desechos. A su vez se han propuesto limitar los camiones por parcela para que viertan la basura, recolección de hierro para su recicle, así como programas de formación en planteles educativos para el reciclaje y la clasificación de desechos (Mora, 2013).

Aunque se ha propuesto la rotación de camiones y parcelas, esta no se cumple en su totalidad. Los beneficios económicos que reciben los parceleros por depositar la basura en sus terrenos son altos y no están dispuestos a dejar de percibirlos. Por otro lado los camiones y maquinaria en general, disponibles por parte de la alcaldía, son insuficientes para solucionar el problema.

En 2010 las poblaciones afectadas se comenzaron a movilizar solicitando a las autoridades, a través de denuncias y manifestaciones, la clausura de Pedregalito. Algunas de estas se tornaron violentas y produjeron arrestos de  trabajadores del vertedero y de manifestantes; dichas movilizaciones han mermado en la actualidad en vista de la compleja situación que aqueja al estado Zulia en torno al servicio eléctrico y la situación económica (González, 2019).

Alternativas propuestas(por parte de los grupos movilizados, pueblos indígenas, actores políticos y gubernamentales, entre otros)

Para la resolución del conflicto diversos actores han establecido alternativas. Rigber Díaz, presidente de la fundación Hábitat, sostiene que la formación en materia ambiental es fundamental para todos los ciudadanos y en tal sentido debe aplicarse un plan de educación ambiental y formar a los ciudadanos en clasificación de desechos” (Panorama, 2015). Otra alternativa es la reubicación de los habitantes del vertedero hacia los sectores Panamá, Brisas del Lago y María Lugo (Reyes, 2012). Estudiantes del Núcleo LUZ desarrollaron un proyecto en el que se plantea la planta recolectora de desechos capaz de producir energía eléctrica que sea capaz de recolectar el material orgánico e inorgánico depositado en el vertedero (Infoambieco, 2012).

¿Considera Ud. que se ha alcanzado la justicia ambiental en este caso?

No, pero con algunas demandas atendidas

Explique por qué

Algunas demandas han sido atendidas. En enero de 2014 se estableció un plan que dispone regulaciones en cuanto al número y horario para la descarga de los camiones, permitiendo sólo dos por parcela, pero en la actualidad no se cumple. Ese mismo año, se habilitaron seis máquinas para despejar las áreas del vertedero (Isea, 2014). Sin embargo esto no se cumplió, las máquinas han sido desviadas constantemente a otros destinos en vista de las dificultades para la recolección y disposición final de los desechos que enfrenta el municipio y en general el estado Zulia. Aún no se ha realizado el saneamiento en Pedregalito, que continúa recibiendo desechos, y continúa el trabajo de los recicladores en este vertedero. El funcionamiento en general de este espacio ha sido vinculado a diversas actividades ilegales que hacen de él un sitio peligroso. La corrupción y criminalidad dominan la zona, lo que impide claramente que se pueda resolver el problema. El proyecto del nuevo vertedero en el Sector Barlovento se encuentra paralizado. Las peticiones de los habitantes del sector Pedregalito no han sido atendidas, aún carecen de la dotación de servicios públicos de calidad, sus viviendas no ha sido reubicadas.

 

VII. Fuentes consultadas y recomendadas

Leyes, decretos, legislaciones y recursos jurídicos relacionados con el caso

Artículos

Libros, documentos académicos y científicos

  • Caldera, Yaxcelys. Sulbarrán, Doris. Márquez, Yoarwin. Mendoza, Iván. Fuentes, Lorena (2015). Situación ambiental generada por el vertedero a cielo abierto “pedregalito” en el municipio Cabimas de Venezuela. Impacto científico. Revista arbitrada venezolana del Núcleo LUZ-Costa Oriental del Lago. Laboratorio de Investigaciones Ambientales. Núcleo Costa Oriental del Lago. Universidad del Zulia. Cabimas, estado Zulia, Venezuela.

Videos y media de la campaña

1. García, Romer (2015). Cabimas llena de humo. Archivo de video en Facebook.

Disponible en: https://www.facebook.com/romer.garciaabogado/videos/879352098800351/

2. Sarcos, Liseth (2013). Imauca Va a la escuela. Archivo de Video en Youtube.

Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=_YPxFvYoG5c

Imágenes y registro fotográfico

Imagen No. 1. Un parte del vertedero Pedregalito. Fuente: Un Nuevo Tiempo Cabimas, cuenta de twitter. https://twitter.com/UNTCabima0264/status/1385288948419862528/photo/1
Imagen No. 2. Un parte del vertedero Pedregalito. Fuente: Un Nuevo Tiempo Cabimas, cuenta de twitter. https://twitter.com/UNTCabima0264/status/1385288948419862528/photo/1
Imagen No. 3. Un sector de la comunidad de Pedregalito. Fuente: IB Salvación https://bit.ly/347yUlz
Imagen No. 4. Habitantes en la comunidad de Pedregalito. Fuente: IB Salvación https://bit.ly/347yUlz
Imagen No. 5. Sector de la comunidad Pedregalito. Fuente: IB Salvación https://bit.ly/347yUlz
Imagen N° 6. Descarga de camión recolector en vertedero Pedregalito Fuente: http://www.laverdad.com/zulia/99952-vecinos-de-pedregalito-viven-en-el-olvido.html
Imagen N° 7. Evidencias de contaminación del aire en Cabimas. Fuente: Panorama https://www.lapatilla.com/2014/03/31/neblina-toxica-cubre-el-cielo-de-cabimas-foto/
Imagen No. 8. Recolectores en el vertedero Pedregalito (2016). Fuente: Diario La Verdad http://www.laverdad.com/zulia/98796-la-basura-una-fuente-de-empleo-en-tiempo-de-crisis.html
Imagen No. 9. Trabajos de limpieza en el vertedero sanitario de Pedregalito. Fuente: Alcalde Félix Bracho, cuenta de Twitter. https://twitter.com/felixenvictoria/status/466314379760521216
Imagen No. 10. Manifestantes de la parroquia Punta Gorda por la quema en el vertedero de Pedregalito Fuente: https://twitter.com/mavarez21/status/390666046127869952
Imagen No. 11. Evidencias de contaminación del aire en Cabimas. Foto alrededores de Pedregalito. Fuente: https://www.facebook.com/photo?fbid=1657540494360203&set=a.113643208749947

Autor(es) o contribuidor(es) de esta ficha

Observatorio de Ecología Política de Venezuela

Compartir

Etiquetas

Actividades económicas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *